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Dilma: “El proceso del golpe que comenzó con el impeachment es un fracaso político”

En entrevista con Brasil de Fato, ex presidenta habla sobre los desafíos para el proceso electoral de 2018

Brasil de Fato, en São Paulo |
Dilma Rousseff visita la Escuela Nacional Florestan Fernandes, en São Paulo, este lunes (11)
Dilma Rousseff visita la Escuela Nacional Florestan Fernandes, en São Paulo, este lunes (11) - Leonardo Fernandes

Los desafíos de la elección presidencial brasileña de 2018 fue uno de los temas centrales de la conversación que Brasil de Fato tuvo con la ex presidenta Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores). El lugar del encuentro con la ex mandataria es emblemático para el momento que se vive en el país, pues representa resistencia.

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Espacio de formación de militantes populares de Brasil y del mundo, la Escuela Nacional Florestan Fernandes, del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), recibió a Dilma, este lunes (11), para un desayuno y un paseo por las estructuras del proyecto.

Con un tono enfático, Dilma defendió la profundización de la democracia en Brasil y cree que el camino para eso es elegir presidente a Lula.

“Lula significa el único chance de frenar el golpe y reconstruir la democracia en nuestro país. Este es el gobierno que nosotros queremos. Un gobierno que radicalice la democracia”, afirmó.

Lea la entrevista:

Brasil de Fato: Presidenta, en su opinión, ¿cuál es el papel de los movimientos populares en elecciones como las que tendremos en este año?

Dilma Rousseff: Creo que en estas elecciones los movimientos populares tendrán aún más importancia. Incluso considerando que en aquella elección ellos ya tuvieron una importancia decisiva, estratégica, porque nos ayudaron a decidir la elección, creo que hoy tienen una importancia aún mayor.

No teníamos una amenaza abierta a la democracia. Tampoco teníamos un conflicto tan tenso como el que tenemos hoy. Cuando se tiene un conflicto exasperado, no podemos permitir que eso se transforme en alimento de la derecha y del fascismo, porque la gente en Brasil está perdiendo la esperanza.

Somos nosotros los que tenemos que decir: no, ¡la esperanza resiste! Y la esperanza significa apostar por Brasil, en una radicalización democrática.

¿Y cuales son las cuestiones que se necesita debatir con la sociedad en este momento?

Esta vez, la agenda pasa claramente por la cuestión de la democratización de los medios [de comunicación], que forma parte de la radicalización de la democracia. No es simplemente el acceso a medios diversos y plurales, es también combatir la oligopolización, el cartel de medios que existe en Brasil.

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La segunda cosa que creo que es muy importante para Brasil es que nosotros demos varios pasos en el sentido del acceso a ingresos y el aumento de oportunidades. Creo que la desigualdad en Brasil no puede considerarse sólo a partir de una distribución de ingreso. Eso fue y continuará siendo fundamental. Pero es necesario ocuparse también de la distribución de riqueza.

La distribución de riqueza de la que estamos hablando es la distribución del stock de riqueza. ¿Y que es eso? Primero es el patrimonio, es la casa y la tierra. La segunda cosa es el patrimonio que usted incorpora a las personas, que es la educación de calidad. Y para tener educación de calidad es necesario tener más dinero.

Y la tercera cosa que creo fundamental son las pensiones. Usted necesita tener una jubilación que permita una vida digna para las personas que trabajaron duramente y llegaron a la edad en que no pueden trabajar más.

Pero todo eso no se logra sin reforma tributaria. Se necesita una reforma tributaria. No es posible que entremos en la conversación neoliberal de que en Brasil se pagan muchos impuestos. Quien paga muchos impuestos son los trabajadores y las clases asalariadas.

En Brasil, hay una estructura tributaria altamente regresiva, que penaliza a los que trabajan y alivia al capital. Entonces, tenemos que pasar a la tributación del capital.

Entonces, una reforma tributaria tiene que ser discutida abiertamente en Brasil. Recuerdo que cuando hubo todo el proceso pre impeachment, dejamos [prevalecer] el discurso tradicional de ellos [de la derecha], de que en se Brasil pagan muchos impuestos. ¿En Brasil quien? Porque ustedes no pagan, los bancos no pagan, los grandes conglomerados financieros, industriales y agrícolas no pagan.

Leonardo Fernandes

¿La señora cree que Lula, en caso de ser electo, podría revertir los efectos del golpe?

Creo que Lula hoy es fundamental, porque el es el único líder político capaz de detener el golpe. Y no se trata de una cuestión personal, sino de una historia construida. Historia con los movimientos sociales, en el liderazgo del país, en relación con el resto del mundo.

Lula significa el único chance de frenar el golpe y reconstruir la democracia en nuestro país. Este es el gobierno que nosotros queremos. Un gobierno que radicalice la democracia, no sólo en el sentido de los derechos formales, sino de los derechos reales y de las oportunidades. Pero, además de eso, creo que hay otra cosa que necesitamos entender: el golpe se inició, su acto inaugural fue el impeachment.

¿Y que fue el impeachment? El impeachment fue una derrota de los movimientos. No es sólo que me sacaron a mi. Es la eliminación de una política y de una agenda en Brasil. Pero ese impeachment fracasó. El proceso del golpe que inicia con el impeachment es un fracaso político, expresado en el hecho de que no existe ni un liderazgo golpista viable hoy. Se autodestruyeron. El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) [los partidos de derecha más fuertes en los últimos años] se arruinaron y ahora no tienen candidato.

Cada país tiene sus monstruos, y nuestro monstruo es el neoliberalismo, la financiarización y la esclavitud, que instituyó una forma de control social violenta y el privilegio junto con la exclusión [promovidos por el golpe].

Lo que ocurre es que Lula representa la posibilidad de encarrilar de nuevo a Brasil y por eso lo apresaron, nosotros sabemos que sin crimen, sin base jurídica, y sabemos que la condena significa justamente una respuesta a la derrota del golpe, a la derrota política.

Ellos [los golpistas] tuvieron algunas victorias, aprobaron el techo de gastos, la reforma laboral, la tercerización y comienzan a vender la Petrobras por partes, pero no consiguen dar continuidad a eso. Y es ese el impasse del Brasil.

Por eso es que nosotros luchamos desde el primero hasta el último día para denominar a este proceso como un golpe, en decir que es un proceso que no se agotaba con mi impeachment y que tendría continuidad. Entonces ese proceso se expresa en Lula. El puede frenar eso. Y por eso nosotros vamos hasta el fin.

Edición: Diego Sartorato y Vivian Fernandes | Traducción: Pilar Troya