Las actividades de la Tienda de los Pensadores del Festival Internacional de la Utopía, en Maricá, interior del estado de Rio de Janeiro, se cerraron en la tarde del último sábado (25). El espacio recibió más de 25 horas de intensos debates, com algunas de las principal atracciones del festival, entre ellas la activista indiana Vandana Shiva, el escritor paquistaní Tariq Ali y el actor estadounidense Danny Glover. Según la organización, cerca de cinco mil acompañaron los cinco días del festival, que se expandió por toda la ciudad.
El cierre contó com el activista curdo Giran Ozcan, que representó a la delegación de extranjeros que participaron del evento. “En los últimos tres o cuatro días, escuchamos intensas discusiones que van desde juventud hasta cuestiones de género y sobre cuáles son los métodos para alcanzar la sociedad libre en la cual queremos vivir. Especialmente frente a la crisis del capitalismo, nos cuestionamos sobre cuáles son las alternativas y cómo debemos trabajar para alcanzar eso con el pueblo”, manifestó.
El intercambio de experiencias, según Ozcan, fue el gran motivo del Festival Utopía. “Pude oír las historias de personas de todas las partes del mundo y eso nos trae esperanza, y también de ser capaces de compartir nuestras historias y como estamos luchando en nuestros países, nos permite abrir para diversas partes del mundo y unificar las luchas”, sintetiza.
El carácter osado del evento, en sus prepuestas, proporciones y contenidos, es lo que garantiza su suceso, apuntó Joaquin Piero, de la coordinación nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). “La palabra utopía esta junto com la palabra osadía se torna más difícil de ser construida”, afirmó.
Piñero evaluó que los movimientos salen fortalecidos para seguir con sus pautas. “Todo uso quedará en el aire si junto com la utopía y la osadía no hay lucha. Tenemos que osar y luchar para vencer”, dijo.
La psicoanalista Maria Rita Kehl, que participó de la mesa sobre cultura el viernes (24), destaca el clima “feliz” del festival, com debates “riquísimos”. Kehl, sin embargo, manifestó haber sentido falta de la clase trabajadora, importante en el proceso de transformación del país. “Para pensar la utopía, falta la clase trabajadora. Tenemos al MST, que es fuertísimo en era lucha, y la izquierda de clase media de muchos lugares de Brasil. Pero no tenemos representantes de la clase trabajadora, además de la CUT [Central Única de los Trabajadores]”, reflexiona.
El alcalde de Maricá, Washington Quaquá (PT), considera que los principales objetivos del Festival de la Utopía fueron alcanzados y ya preve una nueva edición. “El año que viene la ciudad debe recibir el segundo evento”, dijo.
Público
El sábado, cuarto día del festival, el clima ya era de desaceleración del ritmo de Maricá. Pequeños grupos se reunieron en ruedas de cuentistas infantiles y de batuques del ritmo brasileño maracatú y del funk.
Según Maiara Roque, estudiante de 21 anos, las actividades son esenciales para el choque cultural y el embate de ideas. “Eso nos acrecienta mucho culturalmente. Permite conocer mucha gente diferente que viene de varios lugares. Por eso divergencia y diversidad, las mesas de debates acabaron siendo hasta más acaloradas”, analiza. “La gente cree que este tipo de festival es para quines piensa igual y es lo contrario. Hay personas com las más diversas ideas aquí”, afirmó.
El estudiante de enseñanza media de Maricá, Marcos, de 18 años, se aproximó al evento para ayudar en las traducciones simultáneas y, finalmente, se sumó a la producción del evento. El Festival de la Utopía, según Marcos, ayudó a traer nuevas perspectivas sobre la cultura para la ciudad. “Hasta hace un tiempo, la gente pensaba que el dinero debería ser gasto solamente en educación y salud. La cultura también es muy importante y trae eso de manera muy fuerte para la ciudad”, expresó.
Traducción: María Julia Giménez
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