El Congreso de la República aprobó este 28 de diciembre la ley de amnistía, primera norma de la implementación de los acuerdos de paz que se tramita por vía rápida o “fast track”.
Tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, la amnistía recibió el apoyo mayoritario de los parlamentarios, que refrendaron la medida que le da blindaje jurídico al proceso de dejación de armas y reincorporación de las FARC.
La amnistía salió adelante, además, con una importante participación y veeduría ciudadana. De una parte, con Voces de Paz, agrupación surgida como parte del acuerdo de La Habana para acompañar la implementación del mismo en el Congreso.
Voces de Paz cuenta con seis miembros en el Congreso (tres en el Senado y tres en la Cámara), quienes no tienen voto pero sí pueden intervenir en las sesiones con el fin de que el espíritu de los acuerdos de mantenga en su trámite por el parlamento.
De otra parte, fue vital la iniciativa denominada “Ojo a la paz”, a través de la cual algunos grupos ciudadanos monitorearon el trámite del proyecto y ejercieron un clave ejercicio de veeduría a la labor de los legisladores.
¿Qué es la ley de amnistía?
El gobierno nacional y la guerrilla de las FARC firmaron el 24 de noviembre pasado un acuerdo final de paz que fue refrendado por el Congreso de la República el primero de diciembre, que pasó a ser el “Día D”, que sirve de referencia para la dejación de armas.
Como parte del acuerdo final, se formuló un proyecto de ley de amnistía que es el primer paso de la implementación, pues sirve de blindaje jurídico para el proceso de desarme que se realizará en los próximos meses.
Esta iniciativa cobija los delitos políticos y los conexos, pero no a los de lesa humanidad o de guerra. La amnistía será aplicada por la Presidencia de la República, la Fiscalía General y jueces de ejecución de penas. Pero también por la Jurisdicción Especial para la Paz, que deberá ser creada como parte de los acuerdos.
La amnistía extingue la acción, la responsabilidad y la sanción penal por los delitos contemplados. Y si la persona amnistiada está privada de la libertad, debe ser puesta en libertad de manera inmediata y de¬finitiva.
Con la materialización de la amnistía se beneficiarían al menos cuatro mil personas encarceladas por tener condenas o procesos por pertenecer o colaborar con las FARC. Por eso se espera que líderes sociales injustamente encarcelados por estos móviles también recuperen su libertad. Pero también cobijará a las demás partes del conflicto, como a agentes del estado y terceros civiles.
La ley de amnistía es una pieza clave de la implementación del acuerdo de paz, y con su aprobación se da un gran paso en la superación del conflicto armado con las FARC y en la búsqueda de la reconciliación nacional.
