Este 17 de mayo el independentista puertorriqueño Oscar López Rivera, el último prisionero político puertorriqueño de la Guerra Fría y el que más tiempo ha cumplido en cárceles estadounidenses, termina su injusta condena.
Cuando el expresidente de Estados Unidos Barack Obama, 68 horas antes de su salida de la Casa Blanca, anunció el indulto, quienes se unieron a la causa puertorriqueña en la lucha por su liberación celebraron la decisión.
Realmente es un logro del pueblo puertorriqueño y de la comunidad internacional que estuvo siempre al lado de las causas justas y por la liberación de Oscar. La libertad de López Rivera es un logro de la solidaridad, de todos y todas que amamos la justicia, pero especialmente para el pueblo puertorriqueño y realmente tenemos que celebrarla, expresó su abogada la licenciada Jean Osler.
En conversación con teleSUR, Osler afirmó que Oscar López Rivera "está muy comprometido con la libertad de su Patria, por la cual dedicó más de la mitad de su vida y al igual que sus compañeros expresos políticos mantendrá su lucha por la independencia de Puerto Rico" como “Estado Libre Asociado” de los Estados Unidos.
En el plano legal Oscar no tiene restricciones para desarrollar su activismo y continuar su lucha por Puerto Rico, explicó la abogada; “él no tiene condiciones que le impidan continuar su lucha. Mañana estará libre, aunque en una libertad incompleta porque en una colonia ninguna persona es libre, pero él va a poder vivir su vida y luchar como cualquier otro ser humano", agregó la licenciada.
Para la abogada la excarcelación de Oscar López Rivera sucede en un momento en el que el pueblo puertorriqueño necesita celebrar, pero también necesita redefinir su dignidad en la lucha contra la política injerencista y colonial de EE.UU.
“La la excarcelación de Oscar es en un momento donde la gente busca definirse con ese orgullo y esa integridad política”, agregó.
Luego de haber cumplido 35 años y ocho meses en instituciones carcelarias estadounidenses, el 9 de febrero de este año, López Rivera arribó a suelo borinqueño para culminar los últimos 97 días de su condena en arresto domiciliario en la casa de su hija Clarisa. Hoy quedará en total libertad para celebrar junto a su familia en su “Puerto Rico querido".
Edición: teleSUR
