Más de ocho horas de juicio, ninguna prueba. La Sala 8 del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4) de la ciudad de Porto Alegre (región Sur del país), mantuvo ese miércoles (24) la condena al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (del Partido de los Trabajadores, el PT) por corrupción pasiva y lavado de dinero, en proceso dentro de la Operación Lava Jato. Los jueces también ampliaron la pena de nueve años y seis meses de prisión para 12 años y un mes, en función del caso conocido como del "apartamento tríplex de Guarujá".
"La pena es exacerbada y desproporcionada, sin ninguna justificativa. Él es un reo primario, sin antecedentes, debería ser aplicada una pena mínima. Eso es una provocación a los requisitos legales", dijo Patrick Mariano, de la Red Nacional de Abogados Populares (Renap).
Mariano clasificó el primer voto, del juez de segunda instancia João Pedro Gebran Neto, como "una verguenza". "Él defendió al juez [de primera instancia] Sérgio Moro y la 'conducción coercitiva'. Eso fue rastrero y de una estupidez difícil de verse", evaluó. El Código del Proceso Penal brasileño establece que las conducciones forzadas son posibles sólo después que una intimación previa no haya sido respetada.
Tras el revisor Leandro Paulsen, el último juez a votar fue Victor Luiz dos Santos Laus, que dedicó gran parte de su tiempo para defender a la ejecución de la pena -o sea, la prisión de Lula- después de agotados los recursos en segunda instancia.
Luciana Pivato, abogada de la organización Tierra de Derechos, alerta que la decisión contra Lula debe servir al debate sobre cómo funciona el modelo del Poder Judicial de Brasil.
"El resultado no llega a ser ninguna sorpresa. Es una decisión política, sin pruebas, violadora de las garantías legales y de los derechos. El sistema penal fue creado -y va a seguir siendo- selectivo y punitivo. Es necesario trabajar juntos por un nuevo modelo de Justicia y para de poner nuestras esperanzas en el sistema Judicial", afirmó.
Los votos y los discursos prácticamente idénticos llamaron la atención de juristas, como la profesora de Derecho en la Universidad Nacional de Brasília (UnB) Beatriz Vargas.
"Me quedé muy sorprendida no con el resultado de la condena, sino con la homogeneidad del entendimiento. Ellos [los tres jueces] fueron iguales en todo, en los presupuestos y hasta en la intensidad de la pena. Me pareció una única persona dando su voto. Una cosa impresionante. Ese tipo de performance en un tribunal de segunda instancia, principalmente en un caso complejo, es muy rara", consideró.
Vargas afirmó aún que: "Fue una transcripción de la sentencia de Moro [juez de primera instancia]. No me pareció que hubiera por parte de ningún de los jueces algo diferente a agregar, distinto de lo que ya había en la sentencia anterior".
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Repercusiones
Aunque condenado en segunda instancia tras el juicio de ese miércoles (24), Lula sigue como candidato en las elecciones presidenciales de 2018, como reafirmó su partido, el Partido de los Trabajadores (PT).
La primera declaración del ex presidente brasileño tras el resultado del juicio ocurrió en la Plaza de la República, en el centro de la ciudad de São Paulo, donde 50 mil personas estuvieron presentes en una manifestación en defensa de la democracia y del derecho de Lula a ser candidato.
El ex mandatario fue aclamado y rebatió todas las acusaciones contra él. "El acusado soy yo, pero quien fue condenado fue el pueblo brasileño", declaró.
"Nunca me hice ninguna ilusión con los jueces de la Lava Jato. ¿Por qué? Porque hay un pacto entre el Poder Judicial y los medios para acabar con el PT y con nuestro gobierno", afirmó.
Este jueves (25) Lula anuncia su candidatura presidencial. "Quiero que sepan que no tengo preocupaciones, ellos no pueden arrestar un sueño de libertad, las ideas, la esperanza. Lula es solamente un hombre de carne y hueso. Pueden arrestar a Lula, pero las ideas ya están colocadas en la cabeza de los brasileños", concluyó.
