La pequeña ciudad brasileña de São Domingos do Capim, con 30 mil habitantes, tiene cinco escuelas rurales amenazadas de cierre. Localizada a cerca de 60 kilómetros de Belém, la capital del estado norteño de Pará, la ciudad no representa un caso aislado. En el Norte del país, varias escuelas del campo están en la misma situación.
En los últimos 15 anos, entre 2000 y 2015, fueron cerradas 5.335 escuelas en Pará, siendo que 4.411 rurales y 944 urbanas. La tendencia también se observa en el ámbito nacional. En el mismo período, fueron cerradas 110.873 escuelas, siendo 75.441 rurales y 35.432 urbanas.
La profesora Silvia Emanuelle Almeida, de 39 años, da clase en la escuela Roberto Remigi, del Asentamiento João Batista, en Castanhal, en la región metropolitana de Belém. Ella destaca que las escuelas del campo poseen particularidades que las diferencian de las escuelas urbanas.
"Cuando tenemos una escuela en el campo, nosotros también tenemos la formación dese sujeto del campo, que no es sólo una educación formal, una educación tradicional". De acuerdo con ella, "en las escuelas del campo, se trabaja la identidad, la organización social, la cultura, la producción, todo eso con la intencionalidad de nosotros fortalecer la identidad, la organización social, la lucha y la resistencia, para que ese sujeto no sea convencido de vender su propiedad o salir".
La situación de las escuelas del campo en São Domingos do Capim fue denunciada por el Grupo de Estudio Interdisciplinar en Cultura y Educación Capimense (GEICEC) en carta enviada a la 4ª Fiscalía de Justicia Civil de Castanhal, del Ministerio Público Estadual.
Escuelas amenazadas
El profesor André Ferreira, de 34 años, integrante del grupo interdisciplinar, denuncia que las escuelas están siendo cerradas por la Secretaría Municipal de Educación (SEMED) de forma irregular, o sea, sin respetar los procedimientos establecidos por la Ley nº 12.960, que reglamenta el cierre de instituciones en la zona rural.
"Este año ellos [SEMED] cerraron cinco escuelas que están en el campo y fueron cierres de forma irregular. La última ley sancionada en Brasil sobre el cierre de escuelas en el campo fue en marzo de 2014 por la Presidenta Dilma, esa ley dice que para poder cerrar la escuela del campo son tres procesos: el primer proceso es una justificación de la SEMEC, sobre el porqué la va a cerrar, el segundo proceso es un diagnóstico explicando porque que la va a cerrar y el tercer proceso es la comunidad".
De acuerdo con el GEICEC, las cinco escuelas amenazadas de cierre serían: Escuela de S, de la comunidad rural S; Escuela Porta Formosa, comunidad Porta Formosa; Escuela Santa Lucia, en la comunidad Águia Branca; Escuela Juara, comunidad Monte Sinai; Escuela Boa Esperança, de la comunidad del kilómetro 11 de la carretera PA127.
El grupo de estudios esclarece también que la reducción del número de alumnos es una justificación para la paralización de la enseñanza en las comunidades.
Otro lado
En entrevista con Brasil de Fato la secretaria municipal de Educación, Simone Dias, rebatió las acusaciones y puntualizó que el gobierno municipal está haciendo una reestructuración de la red. De las escuelas citadas por el GEICEC, ella confirma que dos serán realmente cerradas: Santa Lucia y Boa Esperança.
Ella destaca la falta de recursos de la Secretaría para la manutención de actividades básicas del órgano: "El municipio sólo vive de las transferencias federales, no tenemos industrias, empresas que generen impuestos. Entonces el único dinero que se invierte en los alumnos viene del FUNDEB [Fondo de Manutención y Desarrollo de la Educación Básica y de Valorización de los Profesionales de la Educación]. Hoy, estamos en una crisis. 100% del FUNDEB es para pagar salarios. Yo no tengo como reformar escuelas, como construir, comprar materiales de copa, cocina, por ejemplo".
De acuerdo con el Foro Paraense de Educación del Campo, solo entre 2014 y 2016 ya fueron cerradas 1.080 escuelas y las actividades de 1.913 colegios fueron paralizadas en el estado de Pará. Los datos presentados por la entidad fueron extraídos del Censo Escolar del INEP (Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas Anísio Teixeira).
En el análisis del profesor de la Universidad Federal de Pará (UFPA) y miembro del Foro Paraense de Educación del Campo, Salomão Hage, la extinción de escuelas rurales se debe también a los impactos del avance del capitalismo por medio del agro negocio.
"Cuánto más el capitalismo se instala en el campo, más acumula tierra y territorio. La presencia del agro negocio va expulsando a los sujetos del campo. El agro negocio es una tierra sin gente, usted tiene grandes plantaciones mecanizadas, con utilización de insumos químicos, agro tóxicos, entonces es todo aquello que degrada la naturaleza, que acaba con la comunidad", denuncia.
Edición: Vanessa Martina Silva | Traducción: Pilar Troya
