ARTÍCULO

Brasil: el paquete anticrimen del ministro de Justicia y la restauración conservadora

Con su propuesta, Sergio Moro muestra que proyecto conservador guarda cierta autonomía con relación al bolsonarismo

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Sergio Moro participa del Simposio Nacional de Combate a la Corrupción en el Centro Cultural FGV, Rio de Janeiro, en noviembre de 2018
Sergio Moro participa del Simposio Nacional de Combate a la Corrupción en el Centro Cultural FGV, Rio de Janeiro, en noviembre de 2018 - Carl de Souza | AFP

Con Bolsonaro preso en una cama de hospital y en una condición de salud aparentemente más grave de lo que médicos y familia admiten, el "superministro" Sergio Moro lanza un paquete de medidas contra el crimen organizado y la corrupción. El ministro actúa con absoluta autonomía con relación al presidente - lo que sería impensable en un gobierno de Fernando Henrique Cardoso o Lula.

En el aeropuerto de Belo Horizonte [región sudeste del país], donde escribo estas líneas, los televisores muestran un Moro con poder hipertrofiado en la pantalla de GloboNews, ante la clase media que espera sus vuelos.

La simbología de un superministro que sigue agenda propia y "factura" individualmente el paquete, mientras el presidente sigue debilitado en el hospital, dice mucho sobre este gobierno.

Bolsonaro es un agitador que preside un gobierno con 3 líneas de fuerza programáticas:

  • agenda conservadora en las costumbres y de anticomunismo enfermo;
  • programa ultraliberal en la economía (privatizaciones y Reforma de las Pensiones);
  • agenda punitiva de la [Operación] Lava Jato, que sirve tanto para la destrucción del mundo político como para la persecución contra líderes y movimientos de izquierda.

Bolsonaro y sus tres hijos lideran la primera línea de fuerza programática. La segunda sigue al mando de Paulo Guedes. Y la tercera está en las manos de Moro. Los militares median e intentan dar alguna racionalidad al gobierno.

La [Red] Globo es aliada para imponer la segunda y tercera partes de la agenda. Pero se opone a la primera línea de fuerza (de las costumbres).

Todo lleva a creer que, apenas se resuelva la Reforma de las Pensiones, la Globo y los poderes invisibles del llamado mercado comenzarán a actuar para el derrocamiento o debilitamiento de la familia Bolsonaro.

La restauración conservadora podrá entonces entrar en una nueva fase. Para avanzar en la segunda y la tercera partes del trípode gobiernista (neoliberalismo y 'lavajatismo'), Bolsonaro puede ser no solo innecesario sino un peso peligroso – debido al tejado de vidrio de la familia por su relación con las milicias de Rio.

Se engaña, sin embargo, quien pueda imaginar que la restauración conservadora tendrá poco aliento debido a esta contradicción (ya visible) entre los achicharrados del terraplanismo y la parte neoliberal/lavajatista del gobierno.

La desenvoltura de Moro (expuesto hoy por más de 2 horas por la GloboNews como héroe de la moralidad) muestra que el proyecto de restauración guarda cierta autonomía en relación con el bolsonarismo más duro.

Los conservadores tienen al menos tres comodines en la manga para seguir en el juego si Bolsonaro se debilita, por razones médicas o judiciales: el general Hamilton Mourão [su vicepresidente], Moro y João Doria [gobernador de São Paulo].

El primero podría dar seguimiento al proyecto, librándose (como ya señaló) de la pauta más atrasada en las costumbres… Mourão significaría el retorno de un proyecto militar conservador, con un giro liberal que el régimen de Geisel/Golbery [el cuarto presidente del régimen militar] no poseía.

Los otros dos son comodines fortísimos que se preparan para 2022. El fracaso eventual de Bolsonaro no significa que la agenda del gobierno que el comanda (más como símbolo de lo que como líder de hecho) será derrotada. Al contrario: el paquete de Moro y los discursos de los oportunistas (desde la derecha hasta la izquierda) en la elección de la directiva del Senado (apuntando hacia la "nueva política") muestran que la pauta de restauración, iniciada con el levantamiento de 2013 y reforzada con el impeachment y la Lava Jato, tiene aliento para 8 años al menos.

Lo que podría cambiar eso desde mi punto de vista es: por un lado, la coyuntura internacional (con la probable derrota de la ultra derecha de Trump en las próximas elecciones en los EE. UU.) y por otro, la capacidad de la izquierda brasileña de reorganizarse – menos en el Parlamento y más en las calles.

Para que la derecha se consolide en 2022, será necesario no sólo mantener a Lula preso como avanzar contra las organizaciones populares y los partidos de izquierda – y el paquete de Moro puede tener un papel decisivo en esa operación.

Edición: Brasil de Fato | Traducción: Pilar Troya