Los agricultores del asentamiento Ernesto Che Guevara, del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), ubicado en el municipio de Sidrolândia, Mato Grosso do Sul [región centro-oeste de Brasil], empezaron a cultivar 100 hectáreas de soja orgánica en un proyecto de cinco años de duración.
Su objetivo es hacer frente al agronegocio de commodities que invade el país y la región centro-oeste en particular, que presentó el mayor crecimiento de la producción de granos en Brasil este año: 6,8% en comparación con 2019, según datos de la Compañía Nacional de Abastecimiento (CONAB).
Las familias asentadas realizan el cultivo con el apoyo técnico de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA) de Mato Grosso do Sul. Según el MST, una de sus metas es ampliar el cultivo de la soja orgánica a los agricultores familiares de todo el país.
Para comprender el proyecto y lo que significa la producción de soja orgánica para el movimiento, Brasil de Fato entrevistó a Cleiton Valença, integrante de la dirección del MST en Mato Grosso do Sul.
Brasil de Fato: ¿A qué corresponde este proyecto experimental de cultivo de soja orgánica?
Debido al avance del agronegocio aquí en el estado de Mato Grosso Sul, los cultivos de soja se están apoderando de todas las áreas productivas, incluso en los asentamientos. Hay una invasión de soja transgénica.
Las grandes empresas han traído sus paquetes tecnológicos, explotan la tierra, la contaminan y generan enfermedades en los asentamientos.
Ante esta situación desde el interior del MST proponemos una discusión con el sector productivo nacional y estatal y planteamos el desafío de sembrar soja orgánica.
¿Por qué la soja orgánica? Porque tiene todo un protocolo de respeto a la vida, respeto al medio ambiente y beneficios a las familias. Y para oponerse a la agroindustria. Para probar que la producción de soja orgánica, sin veneno, es posible en el mercado.
Dentro de los asentamientos hay una invasión muy grande de la agroindustria. Tenemos que romper el monocultivo. Sólo podremos hacerlo luchando.
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La soja tal vez sea el principal símbolo de la agroindustria exportadora brasileña. ¿Sería el cultivo de soja orgánica una forma política de tratar de romper la idea de que el monocultivo vale más la pena?
Sí, esa es la idea. Hoy en día nuestro principal alimento es la soja. Si quieres tener una dieta saludable tienes el aceite, tienes el salvado. de soja Así que vamos trabajar dentro de una lógica. Con eso, vamos a contrarrestar el agronegocio.
¿Qué alimentos van a producir con el cultivo de soja, ya que la agroindustria suele utilizarla sólo para alimentar a los animales en el extranjero? ¿Qué se puede hacer para que la soja sea un alimento en la mesa de los brasileños?
En este primer cultivo, que corresponde a 100 hectáreas, nos asociamos con una compañía de huevos orgánicos. Ese será el receptor en el primer año. Pero estamos discutiendo cómo hacer nuestra propia industria a partir del segundo año.
Así vamos a poder triturar la soja, extraer el aceite orgánico, que podrá llegar a la mesa de los trabajadores. Con el salvado, cuidaremos a nuestros animales, los cerdos, las vacas, que hoy sobreviven con el salvado transgénico. Responde a varios sentidos.
¿La producción de soja orgánica es una posibilidad para los agricultores brasileños? ¿Es económicamente viable?
La soja orgánica es viable hoy en día porque añade valor. Hoy en día, la soja transgénica ronda los R$ 130 (US$ 24,90) [la bolsa]. Con los orgánicos, se gana un 30% más, por lo que pasa a R$150 (US$ 28,75), R$170 (US$ 32,58).
El cultivo orgánico necesita la mano de obra, escardar todos nuestros cultivos. En el cultivo transgénico, por utilizar pesticidas y tractores, no necesita mano de obra. Lo orgánico, entonces, añade valor a la economía dentro del asentamiento. Además del buen precio, mueve la economía interna.
Se trata de algo viable para todo Brasil. Lo haremos en Paraná, en São Paulo. Estamos empezando a expandir el cultivo de soja orgánica a otros estados también. Nos hemos asociado con la EMBRAPA. Van a ceder varias experiencias de soja convencional para producir soja orgánica. Tendremos mucha capacidad técnica y operativa para asesorar a los demás asentamientos.
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¿Qué mensaje transmite el MST desde esta experiencia, esta nueva forma de producir soja?
Me gustaría decir a todos los productores rurales, no sólo del MST, sino a todos los pequeños agricultores, que este proyecto es viable para la reforma agraria. No vamos a envenenar nuestros asentamientos. Vamos a cuidar a nuestros hijos libres de veneno, libres de las enfermedades que los transgénicos generan.
Se trata de una alternativa viable que puede generar mano de obra dentro de los asentamientos. Entonces hacemos un llamado a los pequeños agricultores, para que formen parte de este proyecto de producción de granos orgánicos del MST.
