Las celebraciones del Día del Trabajo en Brasil ganaron este año varias manifestaciones sobre el proceso de destitución de la presidenta Dilma Roussef. En las principales ciudades, especialmente en el Nordeste, la mayoría de los manifestantes temen la pérdida de derechos conquistados durante la última década.
En Fortaleza, capital del estado de Ceará, sindicatos y movimientos sociales celebraron la fecha del primero de mayo en las afueras de la ciudad. Los grupos caminaron unos 6 kilómetros por la Avenida Este-Oeste, en Pirambu, uno de los barrios más pobres. Este año, los manifestantes dirigieron su atención a la posible retirada de derechos a partir de proyectos que tramitan en el parlamento.
Una investigación realizada por el Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (DIAP) informa que existen, en el Legislativo, 55 proposiciones que afectan directa e indirectamente al trabajador, como la de regular la subcontratación para todas las áreas y retirar el concepto de jornada exhaustiva de la lista de factores que caracterizan trabajo análogo a la esclavitud.
Recife
En la capital de Pernambuco, manifestantes salieron en marcha bajo lluvia desde la Plaza del Derby, donde se montó un campamento contra la destitución, hacia el Marco Cero, en la región más antigua de la ciudad. En las placas y discursos de los militantes, el vicepresidente Michel Temer y el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, eran llamados de golpistas.
Movimientos sociales también temen que los derechos conquistados en los gobiernos de Rousseff y del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se pierdan en un eventual gobierno de Temer y abogan por una huelga general en el país para detener el proceso de destitución en el Senado.
Salvador de Bahía
Familias y representantes de movimientos sociales y sindicatos participaron desde las 10.00 de la mañana, en Farol da Barra, en una manifestación por el Día del Trabajo y en contra de la destitución de Rousseff. El Acto de los Trabajadores Contra el Golpe se inició con la participación de niños, que se divirtieron con capoeira, pintura y hula hula. También se distribuyó a los niños un folleto que explica el momento político actual de Brasil y el proceso de juicio político, en lenguaje infantil.
“Somos un colectivo de madres, padres, amigos y familiares de niños y estamos preocupados por cómo responder a sus preguntas. Mi hijo Pietro, de 6 años, quiere saber qué es el juicio político y me hace otras preguntas”, dijo la profesora universitaria Rosana Boullosa.
*Con la colaboración de Edwirges Nogueira, Sumaia Villela y Sayonara Moreno
Traducción: Leonardo Vieira
