Salud

Estudios relacionan el uso de agrotóxicos con el suicidio de agricultores en Brasil

La producción de tabaco en Río Grande del Sur es emblemática; el estado presenta el mayor índice de suicidios en el país

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En Río Grande del Sur el número de suicidios supera el promedio nacional: 10 de cada 100 mil habitante
En Río Grande del Sur el número de suicidios supera el promedio nacional: 10 de cada 100 mil habitante - Reproducción

La utilización continuada de agrotóxicos en la producción agrícola aumenta las chances de campesinos desarrollaren cuadros depresivos y, con el seguimiento de la enfermedad, cometer suicidios. El caso de Río Grande del Sur, estado sureño con fuerte presencia de industria tabacalera, es el más emblemático.

El estado presenta el mayor índice de suicidios en Brasil: 10 de cada 100 mil habitantes – el doble del promedio nacional.

Veneno

Según una investigación conducida por la Universidad Federal del Río Grande del Sur (UFRGS), el uso de agrotóxicos, como los organofosforados, aumenta las chances de desarrollar depresiones entre los agricultores.

De un levantamiento realizado a partir de entrevistas com cien cultivadores de tabaco, resultó que el 20% de ellos sufren depresión. La manifestación de enfermedades relacionadas a la exposición a venenos, cuando se suma a factores sociales y económicos, pueden llevar al suicidio.

Del total de los entrevistados por la investigación, el 67% presentaba síntomas de enfermedades de la hoja verde de tabaco, intoxicaciones causadas por la ingestión de nicotina a través de la manipulación de la planta húmeda. La enfermedad, según el Ministerio de Salud, causa vómitos, dolor de cabeza y debilitamiento.

La conexión entre los casos de suicido y los cultivadores de tabaco ya fue apuntada en otros documentos. Un informe de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa del estado apuntó que, en 1996, el 80% de los casos de suicidio en el municipio de Venâncio Aires, ciudad responsable por el mayor volumen de tabaco producido en el estado sureño, eran cometidos por agricultores. El estudio demostraba que la elevación del número de suicidios estaba vinculado al aumento del uso de agrotóxicos.

La situación es aún más grave si llevamos en cuenta que buena parte de los trabajadores rurales inicia su vida laboral en la infancia, lo que aumenta el tiempo de exposición a los agrotóxicos. Los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), referentes a 2010, indican que 39.659 niños entre 10 y 13 años trabajaban en Río Grande del Sur.

“Colaboración”

Ese escenario se agrava por las condiciones económicas en las cuales se realiza la producción de tabaco. En un régimen llamado "colaboración”, los agricultores firman un contrato con una empresa. La compañía entrega semillas y agrotóxicos, y el valor de esos insumos es descontado cuando la contratista compra la producción. Además, se les exige la construcción de galpones que atiendan a las especificaciones técnicas.

En este esquema, toda la familia se pone al servicio de la producción de tabaco, sin ningún tipo de protección laboral. Del otro lado, los productores deben proyectarse para sobrevivir el año entero con las ganancias de la producción a la empresa vinculada.

El modelo acaba por generar, muchas veces, el endeudamiento de los campesinos. Vinculadas a la depresión, el aumento de las deudas favorece al suicidio como forma trágica de liberarse de ese contexto.

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Traducción: Maria Julia Giménez

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