DERECHOS HUMANOS

Paro de 28 de abril sucede 100 años después de la primera Huelga General brasileña

Paralización de obreros es parte del movimiento que culminó con la aprobación de la legislación laboral

São Paulo |
Marcha para el entierro de José Ineguez Martínez, obrero español muerto por la policía y mártir de la Huelga General de 1917
Marcha para el entierro de José Ineguez Martínez, obrero español muerto por la policía y mártir de la Huelga General de 1917 - Autor desconocido

La prohibición del trabajo de menores de 14 años fue consagrada en Brasil en 1943, con la Consolidación de las Leyes Laborales (CLT). Así como el pago de 50% en el caso de horas extras. Esas demandas, sin embargo, ha hacían parte de las reivindicaciones del movimiento obrero en Brasil desde inicios del siglo 20.

Esas foram algunas de las banderas de la primera Huelga General realizada en el país, que completa cien años en el mes de julio. Además de cuestiones relacionadas al ambiente fabril, el movimiento obrero también pautaba asuntos como el control de precios de alimentos y de los alquileres.

Localizada principalmente en São Paulo y Rio de Janeiro, la paralización de 1917 duró más de un mes y no fue pensada originalmente para tener un carácter general. En tiempos en que los problemas sociales eran tratados como cuestión de policía, uno de los hechos que causaron la generalización de la huelga fue la muerte del obrero español José Ineguez Martínez, causada por las fuerzas policiales.

El entierro de Ineguez ocurrió en el Cementerio de Araçá, zona oeste de la capital paulista. Ese día, millares de obreros atravesaron la ciudad al realizar una marcha desde barrios de la región este – como Mooca y Belenzinho – hasta el lugar.

Para Armando Boito, profesor de Ciencia Política de la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP) y estudioso del mundo sindical, la Huelga General de 1917 es un ejemplo y nos ayuda a desmitificar el origen de los derechos laborales. Según el, las condiciones del movimiento sindical – formado por inmigrantes que siquiera compartían la lengua - eran mucho más difíciles que las de hoy. “ En el caso del Brasil de la Primera República, hay un factor que diferencia además la clase obrera: la lengua. Eso dificultaba la unificación. Además de eso, había disparidades muy grandes en lo que respecta, por ejemplo, a la remuneración”.

Además de esta heterogeneidad, las condiciones políticas no eran favorables para los obreros.

“La clase obrera no tenía ni derecho al voto. Era muy perseguida políticamente. Los lideres eran expulsados a estados distantes de Brasil, o a sus países de origen. Era muy difícil hacer sindicalismo en la Primera República. A pesar de eso, los anarcosindicalistas consiguieron colocar en pie al movimiento obrero, fundaron la Confederación Obrera Brasileña en 1906 y organizaron muchas huelgas”, dice Boito.

El cientista político entiende que la clase obrera, en algún grado, siempre fue compleja y dividida en todos los países, citando como ejemplo la descripción hecha por el historiador británico Eric Hobsbawn sobre los trabajadores europeos.

“Como es posible que una clase tan heterogénea, en el nivel lingüístico, en las condiciones de trabajo y de remuneración consiga unificarse? En verdad, fue el movimiento obrero que creó la idea y la realidad de la clase obrera, y no lo contrario. Es la lucha la que unifica”, defiende.

Boito recuerda que la movilización obrera continuó después la Revolución de 1930, inclusive por medio de la Alianza Nacional Liberadora, que llegó a tener más de 500 mil militantes en el país. Fue en ese contexto que el entonces presidente Getúlio Vargas – que también necesitaba de apoyo contra la reacción de la oligarquía cafetera – aprobó la legislación laboral.

“Vargas siempre presentó los derechos laborales que van siendo establecidos en su gobierno, y finalmente consolidados en la CLT de 1943 como una dádiva del Estado brasileño, subliminarmente, de él mismo. Eso es mitología. Cuando el gobierno de Vargas establece derechos, está respondiendo a una presión real que existe desde el inicio del siglo 20 y que se acumuló a lo largo de las décadas de 10, 20 y 30”, apunta. En ese contexto, la disputa entre Vargas y las elites cafeteras habría abierto una brecha que potencializó las demandas obreras.

Presente

El papel de las huelgas continuó marcando la historia de Brasil. Luiz Ribeiro, técnico del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos (DIEESE), cita, por ejemplo, el papel del movimiento sindical en la redemocratización del país después de la Dictadura Militar.

"La huelga es un de los principales instrumentos del trabajador para hacerse oír y expresar sus reivindicaciones. Cuando recuperamos la historia de conquista de los derechos se percibe que, en el origen - por ejemplo, de la reducción de la jornada, de garantizar piso y salario mínimo - hay movimientos que hacen huelgas. Mirando los procesos políticos, como la redemocratización, las huelgas tuvieron un papel esencial", afirma.

Ribeiro explica que hay, básicamente, dos tipos de huelgas: las defensivas y las propositivas.

“En la década de 1990 eran mucho más defensivas, para mantener derechos o para que la ley fuese cumplida. A partir de 2003, hay una estabilización del número de huelgas y ellas pasan a tener una característica bien propia: son propositivas, o sea, buscan la ampliación de derechos o conquistas salariales”, apunta. La explicación para el fenómeno más reciente, entre otros factores, fue la oferta de empleos, que creaba una tendencia en dirección al pleno empleo, favoreciendo la lucha sindical.

Mientras tanto, para Ribeiro, la próxima huelga general que está siendo impulsada por las centrales sindicales para el próximo día 28 de abril sale de esta clasificación. En la pauta de este año están la denuncia de los cambios en las reglas de las Pensiones –– y la defensa de derechos laborales, muchos de ellos conquistados por medio de la lucha que tiene como marco 1917.

“Nosotros consideramos la huelga llamada para el día 28 como política, porque reivindica la defensa de derechos universales, de toda la clase trabajadora. La huelga generalmente se relaciona de forma directa con una empresa. La huelga política transciende esa relación inmediata, involucra los grandes temas nacionales”, analiza.

Edición: Luiz Felipe Albuquerque | Tradución Pilar Troya