VIOLENCIA

En Brasil, la Policía de São Paulo mata más a negros y jóvenes, señala estudio

Datos muestran la disparidad entre las muertes de jóvenes y negros con relación al resto de la población del estado

Brasil de Fato | São Paulo |
Disminuyen las muertes de agentes de seguridad y se incrementan las muertes de jóvenes negros que viven en las periferias brasileñas
Disminuyen las muertes de agentes de seguridad y se incrementan las muertes de jóvenes negros que viven en las periferias brasileñas - Foto: Alexandre Carvalho/A2img

Hombres, negros y jóvenes son las principales víctimas de asesinato por parte de la policía. Esa es la principal conclusión del estudio lanzado este jueves (17) por Samira Bueno, socióloga y directora ejecutiva del Foro Brasileño de Seguridad.

El análisis fue realizado en base a 3.107 registros de 20 municipios del estado de São Paulo, región sudeste de Brasil, entre 2013 y 2016. Además, la investigadora entrevistó a 16 ex policías militares de una cárcel militar, el Presidio Militar Romão Gomes, localizado en la capital.

Durante el período de la investigación, 67% de los asesinados por policías eran negros y mestizos y 17% tienen menos de 17 años.

Valdenia Paulino Lanfranchi, activista de derechos humanos e integrante del Centro de Derechos Humanos  de Sapopemba, que trabaja sobre todo con la juventud, comenta el principal perfil entre los asesinatos es de adolescentes que deberían estar bajo tutela del Estado.

“El resultado de ese estudio asusta mucho. Las respuestas de las autoridades del estado de São Paulo para el tema de la violencia letal son también muy asustadoras”, lamenta.

Desproporción

La investigación reveló que de cada mil jóvenes detenidos por agentes de seguridad pública, 6 fueron asesinados. Entre los adultos, el número es de 3,4 por cada mil encarcelados.

El estudio también señala que conforme se incrementan las muertes practicadas por policías, el asesinato de policías disminuye. En 2016 la policía asesinó a 856 personas; en 2017 el número subió a 943. El número de policías asesinados pasó de 80 en 2016 a 60 en 2017.

Para Bruno Paes Manso, periodista e investigador sobre confianza institucional y legitimidad del Núcleo de Estudios de Violencia de la Universidad de São Paulo, la violencia policial en el estado debe ser una de las prioridades de la corporación, que aún percibe la letalidad como prevención y no como un problema político.

“Las muertes durante intervenciones policiales, tras la disminución general de homicidios en São Paulo, representa casi 20% de los asesinatos en São Paulo. Los homicidios disminuyeron en los últimos años, pero la violencia policial permanece elevada”, afirma.

La investigación señala que entre las víctimas más jóvenes están niños de 10 a 11 años que viven en las regiones periféricas de São Paulo. Valdenia Paulino Lanfranchi afirma que la percepción de los habitantes de esos lugares sobre la Policía Militar es negativa “porque no hay una policía preventiva, sino solo reactiva en el ejercicio de su función”.

También resalta que en esas localidades los habitantes conviven con la corrupción de la policía, donde los mismos policías que asesinan a las personas son encontrados también en los puntos de venta de drogas o en comercios pidiendo coimas.

Política genocida

Más allá de la posición defensiva de la policía para justificar los asesinatos excesivos, Bruno Paes Manso considera que los números revelan cierta condescendencia de la sociedad en general ante esos asesinatos.

“El gran problema es el estigma de esos grupos, de esos jóvenes, hombres y moradores de los barrios de la periferia, que son vistos como villanos. Las personas sienten miedo en las ciudades y aceptan ese tipo de accionar policial sin percibir los efectos colaterales que produce”, afirma.

Hace tiempo que los movimientos populares, los movimientos negros y grupos de derechos humanos analizan el problema desde la perspectiva del genocidio de negros y pobres en Brasil, conectando el tema de los asesinatos a manos de la policía con una visión política: “el problema no está en el policía como individuo, sino en una política estatal genocida. No hay dudas, no se trata de un error. Hay una política de ejecución y exterminio promovida por el Poder Ejecutivo del estado de São Paulo”, asevera el periodista.

La caída en el número de homicidios en São Paulo, que disminuyó un 65% entre 2001 y 2016 no produjo una caída en la letalidad policial, que aumentó un 42% en el mismo período.

Edición: Diego Sartorato | Traducción: Luiza Mançano