VENENO EN EL AGUA

Redes de abastecimiento de agua en Brasil contienen 16 pesticidas altamente tóxicos

Un estudio demuestra que el agua de todos los estados brasileños está contaminada con 27 tipos de agrotóxicos

Brasil de Fato | São Paulo (SP) |
La fumigación aérea de agrotóxicos puede contribuir a contaminar el agua
La fumigación aérea de agrotóxicos puede contribuir a contaminar el agua - Pixabay

El agua que abastece una de cada cuatro ciudades brasileñas está contaminada por un “cóctel tóxico” de 27 pesticidas, según un informe divulgado el último lunes (15). Las sustancias fueron identificadas por las propias empresas de abastecimiento que, por ley, tienen que probar la calidad del agua.

Los datos son del Ministerio de Salud brasileño y forman parte del Sistema de Información de Vigilancia de la Calidad del Agua para Consumo Humano (SISAGUA), que reúne las pruebas realizadas por las empresas de abastecimiento. La investigación y sistematización de la información fue realizada por las ONG Reporter Brasil y Agencia Pública en sociedad con Public Eye, organización suiza defensora de derechos humanos. El resultado puede ser consultado en el sitio web Por Detrás del Alimento [Por trás do Alimento].

Entre los 27 tipos de pesticidas encontrados por las empresas, 16 son clasificados como altamente tóxicos por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) y 11 están asociados a enfermedades como el cáncer, disfunciones hormonales, enfermedades crónicas y malformaciones fetales.

Todo indica que la situación es aún más grave ya que el número de agrotóxicos liberados en Brasil sobrepasa los 300. Para Eliane Gandolfi, farmacéutica bioquímica y doctora en Salud Colectiva, la situación empeora la ya debilitada salud de la población brasileña.

“Lo más preocupante es que nuestra población está expuesta a contaminación por el agua y por los alimentos. Esas cosas se suman, entonces nuestra población está químicamente estresada”.

Los datos también demuestran que el índice de contaminación aumentó gradualmente desde que empezó el estudio en 2014, cuando un 75% de las pruebas en el país detectaron las sustancias químicas. Al cierre del estudio en 2017, los índices llegaron a un 92%.

Además, no todos los estados brasileños realizaron pruebas en sus redes de abastecimiento, lo que señala que el número de municipios contaminados puede ser aún mayor. Sao Paulo, por ejemplo, reúne más de 500 ciudades con todos los 27 pesticidas identificados en el agua, y es el estado brasileño récord en contaminación del agua por agrotóxicos.

Entre los 27 pesticidas detectados en el agua, 21 están prohibidos en la Unión Europea. La cantidad autorizada para cada químico también cambia según las leyes de cada país, pero en los resultados de Brasil los agrotóxicos más peligrosos sobrepasan los límites europeos. Entre ellos, está el glifosato, el herbicida más comercializado en el país, conocido por su presunto efecto cancerígeno. El límite máximo permitido en el agua es de 500μg por litro, mientras que en la Unión Europea es de  0.1μg/L.

Otro punto señalado como grave es la combinación de agrotóxicos en el agua, el “cóctel”, como alerta Telma Nery, médica especializada en salud pública y miembro del Comité Ejecutivo del Capítulo Latinoamericano y Caribeño de la International Society for Environmental Epidemiology (ISEE):

“Todas las sustancias químicas, de cierto manera, se estudian la gran mayoría individualmente desde la perspectiva toxicológica, que pueden provocar en el cuerpo humano. Pero cuando hay una asociación de 2, 3 o 4, muchas veces no sabemos cuál es la acción conjunta en el cuerpo”.

Para la farmacéutica Eliane Gandolfi, la discusión sobre la utilización de los agrotóxicos a gran escala está más allá de una cuestión de salud. Para ella, hay un juego político de intereses económicos que dificulta una legislación más severa sobre el uso de pesticidas.

“Nuestra sociedad tiene que estar más protegida desde el punto de vista de salud pública, pero hay que tener una fuerza política que enfrente esos intereses, que no es lo que está pasando en este momento, incluso en Brasil”.

Edición: Aline Carrijo | Traducción: Luiza Mançano