RECONSTRUCCION

Fotógrafo registra campamento de damnificados por ciclón en Mozambique

Grupo compuesto por movimientos populares brasileños está en el país africano para apoyar reconstrucción de la nación

Brasil de Fato | Beira (Mozambique), |
Después del paso del ciclón Idai, que destruyó parte del país, mozambiqueños reinician sus vidas en campamentos temporales
Después del paso del ciclón Idai, que destruyó parte del país, mozambiqueños reinician sus vidas en campamentos temporales - Rafael Stedile

El campamento no tiene nombre. Pero es allí que, en tiendas azules y blancas, viven hoy cerca de mil mozambiqueños y mozambiqueñas. Después del paso del ciclón Idai por el Sudeste de África – que afectó, además de Mozambique, a Malawi y Zimbabue –, millones de personas buscan reconstruir sus vidas.

Un mes después de la tragedia, el número total de muertos sobrepasa los mil, el 60% de ellos solamente en tierras mozambiqueñas. En este país, datos de la Organización de las Naciones Unidas señalan que 1,8 millones de personas fueron afectadas por la destrucción causada por el fenómeno climático, muchas de ellas perdieron sus casas y se encuentran sin techo.

En la ciudad mozambiqueña de Beira, una de las más afectadas, en el campamento visitado se encuentran ancianos, adultos, adolescentes y muchos niños. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), por lo menos 1,6 millones de niños necesitan de asistencia urgente en los tres países del Sudeste africano, principalmente ayuda humanitaria como servicios de salud, nutrición, protección, educación, agua y saneamiento.

Mire a continuación la cobertura fotográfica de Rafael Stedile:

Moçambique: em meio à destruição, há vida no acampamento

Algunas organizaciones extranjeras, como ONG y otras ligadas a la Iglesia Católica, también actúan en la región y distribuyen comida desde un camión. La mayor parte de la infraestructura por allí, como las tiendas, son donaciones internacionales.

Las condiciones de higiene son precarias, las tiendas son muy susceptibles a los vientos y poco resistentes a las lluvias. Las personas tienen acceso a electricidad a través de cargadores de batería con luz solar. Quien posee parientes en el campamento recibe visitas y alguna ayuda más.

Hace mucho calor de día y frio por la noche. Las personas no tienen expectativas acerca de cuando van a salir del campamento. Cuando llueve, entra agua en las carpas y hay desesperación por proteger a los niños. Faltan mosquiteros, colchones para dormir, mantas para abrigarse del frio y la calidad de la comida no es de las mejores. Muchos reclamaban de alimentos repetitivos y mal cocidos.

Una de las ONG que encontramos en el campamento estaba preocupada por la contaminación del agua. No había proceso de higienización de manos en las carpas que funcionaban como baños. La propia agua dispensada en los baños se mezclaba con la tierra del piso donde los niños jugaban.

A pesar del futuro incierto y del presente de dificultades, aún es posible ver la sonrisa en los rostros y una fortaleza en la postura del pueblo mozambiqueño.

*Rafael Stedile es fotógrafo e integra la Brigada de Solidaridad de la Vía Campesina, que reúne militantes, profesionales de salud y trabajadores rurales de movimientos populares brasileños.

Edición: Vivian Fernandes | Traducción: Pilar Troya