dossier

Hace 100 años, sindicato de raíces comunistas reunía 250 mil integrantes en Sudáfrica

Entre las reivindicaciones de la organización estaba la igualdad salarial entre hombres y mujeres

Traducción: Luiza Mançano

Brasil de Fato | São Paulo (SP) |
Según el dossier, “el ICU surgió de la efervescencia negra general, incluyendo disturbios, huelgas, boicots, y campañas”
Según el dossier, “el ICU surgió de la efervescencia negra general, incluyendo disturbios, huelgas, boicots, y campañas” - Instituto Tricontinental de Investigación Social

El Instituto Tricontinental de Investigación Social divulgó el último martes (3) el dossier Breve historia del Sindicato de Trabajadores Industriales y Comerciales de Sudáfrica (1919 - 1931), que presenta la trayectoria poco difundida de una asociación con raíces comunistas que reunió a miles de trabajadores sudafricanos hace aproximadamente un siglo. 

La historia empezó cuando Clementes Kadalie, primer líder sindical negro Sudáfrica, conoció al socialista británico Arthur Batty en la Ciudad del Cabo. Después del encuentro, que ocurrió en 1918, los dos empezaron a trabajar juntos para intentar crear una organización sindical que representara a los trabajadores de los muelles.

La idea se concretizó al año siguiente. El 17 de enero de 1919, con la adhesión de 24 miembros, el Sindicato de Trabajadores Industriales y Comerciales (ICU por sus siglas en inglés). El diciembre del mismo año, el movimiento político organizó, junto con los Trabajadores Industriales de África, su primera huelga. 

Según el dossier, el “el ICU surgió de la efervescencia negra general –incluyendo disturbios, huelgas, boicots, y campañas – que se desarrolló en la mayoría de las ciudades y en muchas áreas rurales de Sudáfrica después de la Primera Guerra Mundial”. En 1920 el sindicato estableció una filial en Lüderitz, lo que entonces era África del sudoeste, y ahora es Namibia.

En diciembre de aquel año, el movimiento político organizó, junto con los Trabajadores Industriales de África, su primera huelga. Foto: Instituto Tricontinental

Una de las reivindicaciones de la organización sindical era la igualdad salarial entre hombres y mujeres. Según el estudio, planteaban que todas las mujeres en las industrias y servicio domésticos estuvieran “protegidas por la organización, incentivándolas a inscribirse en todas las filiales del sindicato, ayudándolas a obtener un salario digno”.

Sin embargo, esto no se logró, según el dossier. "En el momento de mayor popularidad, las mujeres representaban alrededor del 15% de lxs integrantes del sindicato. A pesar de ello, el ICU permitió el surgimiento de algunas lideresas poderosas. Que la organización haya declarado su compromiso con la equidad de género en esa época es notable”, señala el texto.

Persecución y disputas internas

En 1920, hubo un momento dramático para el ICU. Después de regresar de una conferencia en Port Elizabeth, el líder Samuel Masabalala fue arrestado bajo cargos falsos. En la ocasión, una multitud de 3.000 personas se reunió para exigir su liberación. La movilización fue brutalmente reprimida, 24 personas fueron asesinadas a tiros y muchas más resultaron heridas.

Después de la masacre, la organización se radicalizó. De acuerdo con la investigación del Instituto Tricontinental, “Cuando se hizo evidente que los sindicatos se inspiraban en la Revolución Rusa, se produjo un creciente pánico blanco sobre el «Pueblo de la Bandera Roja», como el ICU era conocido por los blancos, en medio de convocatorias a movilizar a los comandos”.

Otros motines fueron organizados. Uno de los más grandes tuvo lugar en abril de 1925 y se convirtió en un punto de inflexión en las movilizaciones populares sudafricanas: 23.000 residentes negros en Bloemfontein destruyeron una propiedad policial contra la discriminación racial. Cinco personas fueron asesinadas a tiros.

El UCI siguió creciendo y entre  1927 e 1928 contaba con 250.000 integrantes sindicalistas. Ante las huelgas organizadas por el sindicato, los enfadados agricultores blancos invocaron la intervención del Estado con el argumento de que no se trataba de sindicalismo sino de un «levantamiento general»”.

Más allá de la represión, disputas internas entre los líderes de la organización, lo que debilitó su fuerza organizativa. “Hacia 1931 el ICU era una fuerza desgastada en Sudáfrica, aunque varias filiales continuaron durante los siguientes 30 años”, cierra el texto.

Edición: Rodrigo Chagas