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Mapa electoral inédito comprueba alianza entre bolsonarismo y delitos ambientales en Amazonía

Las regiones con más deforestación en los últimos 4 años votaron mayoritariamente por Bolsonaro - y no es coincidencia

Traducción: Pilar Troya

Brasil de Fato | Lábrea (AM) |
Puntos de mayor presión ambiental superpuestos en el mapa electoral - Brasil de Fato/TSE/INPE

El estímulo a la devastación ambiental ganó votos para el presidente Jair Bolsonaro (PL) en las regiones que más deforestaron la Amazonía, incluido el llamado arco de la deforestación, que va desde el estado de Acre hasta el de Maranhão. Esto es lo que demuestra una comparación entre un mapa electoral de la primera vuelta de 2022 y los puntos de mayor presión ambiental, elaborado por pedido de Brasil de Fato

El cruce de datos tiene en cuenta las alertas de deforestación contabilizadas por el sistema Deter del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) durante el gobierno de Bolsonaro. Son municipios donde la economía se mueve por la deforestación ilegal, grilagem [utilización de documentos falsos para forjar titularidad y reivindicar la tenencia de tierras] e invasión de tierras, con predominancia de la ganadería, soja y minería ilegal en áreas protegidas.

El mapa fue elaborado por el ingeniero forestal Newton Monteiro, que está cursando la maestría en Ciencias Geodésicas en la Universidad Federal de Paraná (UFPR), y está disponible en versión original aquí. Las imágenes muestran donde hubo alertas de deforestación entre 2019 y 2022 y las regiones donde esas alertas alcanzan áreas más grandes: más de 150.000 km². 

Los delitos ambientales se apoderan de la política 

Con 40 años de actividad en el área ambiental, el socio fundador del Instituto Socioambiental (ISA), Márcio Santilli, asegura que la coincidencia entre bolsonarismo y delito ambiental no es casual. Según él, el delito ambiental lucró más durante el mandato del actual presidente y también aumentó su inversión en políticos que apoyan la candidatura de Bolsonaro. 

“No hay duda que esa economía depredadora está considerablemente más capitalizada de lo que estaba hace cuatro años. Estamos hablando de grandes empresas que utilizan equipos de última generación, además de tramas de corrupción política, dando dinero a alcaldes, diputados y senadores que defienden la depredación como opción económica”, señala Santili.

Los votos en los nuevos frentes de devastación 

Uno de los puntos destacados es la región llamada Amacro (unión de las siglas de Amazonas, Acre y Rondonia, ya que abarca partes de los tres estados), una de las nuevas zonas de presión ambiental consolidadas en el gobierno de Bolsonaro. El área concentró el 20% de todo lo que se taló en la Amazonía entre 2020 y 2021. 

En el mapa, otro polo de devastación ambiental con predominio de votos para Bolsonaro abarca los municipios de Itaituba (57,7% de votos para Bolsonaro), Altamira (57,7%) y São Félix do Xingu (63%), todos en el estado de Pará, que aparecen mensualmente entre los más deforestados del país. 

En la misma región está la ciudad de Novo Progresso (Pará), que dio el 79,6% de los votos válidos a Bolsonaro y fue escenario del llamado día del fuego en 2019, cuando hacendados incendiaron a propósito una parte de la selva. Áreas protegidas como la Terra Indígena Kayapó y la Floresta Nacional do Jamanxin son blanco de continuas ilegalidades cometidas por madereros, mineros ilegales y ganaderos. 

"El delito ambiental financia la corrupción electoral"

En Mato Grosso, los diez municipios que lideran el ranking estadual de deforestación dieron la mayoría de sus votos a Bolsonaro. En seis de ellos, la votación del candidato a la reelección superó el 70%: Colniza, Nova Bandeirantes, Aripuanã, Querência, Marcelândia y Juara. 

En el estado de Roraima, ciudades que vivieron una explosión de delitos ambientales eligieron a Bolsonaro con más del 60% de los votos, entre ellas Caroebe, Rorainópolis y Caracaraí. Los responsables son la soja, la explotación de madera y la ganadería. En el primer año del mandato de Bolsonaro, la pérdida de cobertura vegetal más que se triplicó en el estado, según datos del INPE. 

Para el fundador del Instituto Socioambiental (ISA), el resultado electoral expresa una hegemonía bolsonarista en las zonas de la Amazonía que son más rehenes de la depredación ambiental. “No es una hegemonía que podamos generalizar a toda la Amazonía. Pero el delito ambiental financia la corrupción electoral”, resume.

Edición: Flávia Chacon e Rodrigo Durão Coelho