En el Congreso Nacional, en su primer discurso al pueblo brasileño como presidente, Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores – PT) presentó un breve diagnóstico de la situación del país y de las condiciones en que tendrá que gobernar en los próximos cuatro años.
"Es espantoso", dijo Lula sobre las condiciones en las que recibe el país de su predecesor, el expresidente Jair Bolsonaro (PL), que abandonó el país y se fue a Estados Unidos. "Han vaciado los recursos de Salud. Desmantelaron la Educación, la Cultura, la Ciencia y la Tecnología. Destruyeron la protección del Medio Ambiente. No dejaron recursos para alimentación escolar, vacunación, seguridad pública".
Lula recordó su primera victoria, en 2002. "Cuando fui elegido presidente por primera vez, junto a José Alencar, empecé mi discurso de investidura con la palabra 'cambio'. El cambio que queríamos era simplemente poner en práctica los preceptos constitucionales. El derecho a una vida digna, sin hambre, con acceso a empleo, salud y educación".
"En aquella ocasión", continuó el Presidente, "la misión de mi vida se cumpliría cuando todos los brasileños y brasileñas pudieran comer tres veces al día. Tener que repetir hoy este compromiso es el síntoma más grave de la devastación que se ha impuesto al país en los últimos años".
El hambre como tema central
La lucha contra la inseguridad alimentaria volvió a aparecer, indicando que figura entre las primeras prioridades del futuro gobierno. "Nuestras primeras acciones tienen como objetivo rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños, que han soportado la carga más dura del proyecto de destrucción nacional que hoy termina."
Lula anunció la primera de las medidas para combatir el bolsonarismo. "La seguridad pública actuará para promover la paz allí donde sea más urgente, en comunidades pobres, familias vulnerables, [lugares de] delincuencia organizada, milicias, violencia venga de donde venga. Estamos derogando el acceso delictivo a armas y municiones que han causado tanta inseguridad y daño."
El Techo de Gastos, símbolo de la gestión del expresidente Michel Temer, también será blanco del gobierno petista. "El Sistema Único de Salud (SUS) es probablemente la más democrática de las instituciones creadas por la Constitución de 1988. Seguramente por eso ha sido la más perseguida desde entonces, y también la más perjudicada por una estupidez llamada Techo de Gastos, que tendremos que revocar".
En la lista de medidas anunciadas por el presidente brasileño figuraban también el "Programa Bolsa Familia renovado, más fuerte y más justo, para atender a los que más lo necesitan", y la "transición energética y ecológica hacia una agricultura y una minería sostenibles, una agricultura familiar más fuerte, una industria más verde".
El compromiso con el medio ambiente también apareció en el discurso de Lula. "Nuestro objetivo es alcanzar la deforestación cero en la Amazonia y la emisión cero de gases de efecto invernadero en la matriz eléctrica, así como estimular la reutilización de pastos degradados. Brasil no necesita deforestar para mantener y ampliar su frontera agrícola estratégica".
