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Exclusivo: Gobierno de Lula discute creación de programa social para indígenas

Aún no anunciada oficialmente, la medida busca romper las barreras de acceso y adaptar el programa a las particularidade

Traducción: Patricia Moura e Souza

Brasil de Fato | Lábrea (AM) |
Gobierno de Lula pretende facilitar el acceso al Bolsa Família, el programa de transferencia de ingresos, a indígenas que viven lejos de los centros urbanos - Ahmad Gharabli/AFP - Ahmad Gharabli/AFP

El gobierno de Lula (Partido de los Trabajadores) discute internamente la creación del programa Bolsa Família Indígena. La intención no es crear un nuevo beneficio social, sino flexibilizar el cronograma de pago y romper otras barreras burocráticas para acceder al programa.

Los cambios podrían beneficiar a las familias indígenas que necesitan hacer largos y costosos viajes para recibir los pagos. Es un problema que enfrentan las comunidades alejadas de los centros urbanos en el interior de la Amazonia. 

La propuesta está en una carta de la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (Funai) obtenida exclusivamente por Brasil de Fato. El documento fue enviado al Ministerio de los Pueblos Indígenas (MPI) para que lo encamine al Ministerio de Desarrollo y Asistencia Social (MDS), que coordina el programa Bolsa Família.

La principal medida propuesta por la Funai es que el gobierno federal autorice la extensión del plazo para la retirada de las cuotas sociales de 120 a 180 días para la población indígena. En una segunda etapa, el organismo indigenista sugiere que el plazo se amplíe aún más, hasta los 270 días, con la aprobación del Congreso. 

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Otro punto que se está discutiendo es el rompimiento del cronograma de pagos, que hoy se vincula al Número de Identificación Social (NIS) de los beneficiarios. La idea es que la retirada pueda ocurrir independientemente del día previsto en el calendario.

El programa Bolsa Família, creado en 2003, significó para muchas comunidades indígenas el primer acceso regular y continuo a un programa social. Veinte años después, el movimiento indígena brasileño cobró fuerza y ahora, como parte del gobierno de Lula, planea mejorar la prestación.

El gobierno federal aún no anunció públicamente el Bolsa Família Indígena. Antes de oficializar el cambio de reglas, la Funai señala en el oficio la necesidad de consultar a los pueblos y organizaciones indígenas, como indica el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La importancia de la propuesta

Juci Carneiro, gestora territorial indígena del pueblo Macuxi que trabaja con organizaciones indígenas en el estado de Roraima, dice que los cambios podrían corregir un problema que enfrentan las familias indígenas desde 2003, cuando se creó el Bolsa Família. 

“Hay comunidades que solo tienen acceso aéreo, otras solo fluvial. Durante la estación seca, cuando los ríos están bajos, se vuelve aún más difícil. Entonces los costos son muy altos”, explica Carneiro. 

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Para recibir el subsidio, los indígenas necesitan ahorrar dinero para pagar el combustible y las comidas. Muchas veces, el viaje sale más caro que las cuotas del Bolsa Família.

“Y las personas no suelen ir solas a la ciudad. Es un hábito cultural viajar con la familia, por lo que los costos aumentan aún más. El valor del subsidio no siempre compensa el gasto en que se incurrirá con este desplazamiento. Por eso, es importante flexibilizar el calendario”, dice la gestora territorial indígena.

La estadía en las ciudades es precaria

Con la extensión del plazo y la flexibilización del calendario, el Bolsa Família Indígena puede resolver el problema de las familias que pasan días en ciudades sin la infraestructura adecuada para recibirlas. 

Sin asistencia, los indígenas no pueden comprar alimentos ni pagar alojamiento. Para dificultar aún más las cosas, es común que no haya billetes disponibles en las sucursales bancarias. 

“Muchas veces hay falta de dinero en la sede municipal, de modo que la persona a veces tiene que esperar por días, cuando el plan era regresar a casa a última hora de la tarde. Y falta lugares donde puedan quedarse, falta asistencia. Los municipios no tienen un espacio para recibir a la gente”, dice la indígena Macuxi. 

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Es común que madres con hijos pasen hasta un mes en esta situación, por falta de dinero para volver a su aldea. Por lo tanto, están expuestas a la violencia urbana y condiciones insalubres, sin acceso a agua limpia y alimentación adecuada. 

Juci Carneiro observa de cerca estas y otras situaciones en su pueblo natal, Uiramutã, en el extremo norte de Roraima. Relata que los indígenas Ingarikó diseñaron un proyecto de alojamiento para tener un lugar donde quedarse en la ciudad y presionaron a la municipalidad para que lo llevara a cabo. 

“Lamentablemente el proyecto no cubre la necesidad. Los personas se quedan allí, pero es solo un galpón donde no hay agua, porque el agua no llega allí. El baño no funciona. La estructura es nueva, pero absolutamente precaria”, describe. 

Una propuesta para combatir la retención de tarjetas por parte de los comerciantes

Otra situación que preocupa a la Funai es la retención de las tarjetas del Bolsa Família por comerciantes locales no indígenas. La práctica es común, especialmente cuando el indígena necesita un servicio o mercadería con urgencia, pero no puede quedarse en la ciudad hasta poder recibir el subsidio. 

Juci Carneiro explica que, en un primer momento, muchos indígenas consideraron que el acuerdo podría ser favorable, precisamente por la rigidez del cronograma de pagos. Sin embargo, muchas veces terminan siendo engañados por empresarios en transacciones deshonestas, que impiden la concreción de la política social. 

Juci Carneiro: gestora territorial indígena denuncia el abandono de familias que van a las ciudades a retirar el subsidio / Divulgación

“La persona va a la ciudad, pero aún no está en el período de retirada, o bien el dinero no está disponible en el banco. Entonces toma, por ejemplo, comida o una parte para arreglar su embarcación, lo que equivale al valor del beneficio. Y el comerciante se queda con la tarjeta y las contraseñas”, describe Carneiro. 

Para frenar esa práctica, la Funai señaló en la carta enviada al Ministerio de Desarrollo Social la necesidad de crear un programa denominado Comerciante Legal. La medida es bienvenida por Juci Carneiro, quien también sugiere que las compras se pueden hacer directamente con la tarjeta, sin la necesidad de retirada del dinero. 

“Hay personas [indígenas] que no hablan portugués, que pueden saber qué es el dinero, pero no saben calcular el vuelto. Existe esa dificultad de entender cómo funciona el dinero”, explica.

Funai sugirió ampliar el programa desmontado por Bolsonaro

Además del Bolsa Família Indígena, Funai sugirió ajustes al Programa de Adquisición de Alimentos (PAA) para tener en cuenta las particularidades geográficas y culturales de los pueblos indígenas. A través de este programa, el gobierno federal compra alimentos a pequeños productores, incluyendo quilombolas [descendientes de grupos políticamente organizados de africanos y afrodescendientes que escapaban de la esclavitud] e indígenas. 

“El PAA fue fundamental para las poblaciones indígenas. Puede ser reconstruido y obviamente adaptado a los contextos socioeconómicos de cada región. Esos son aspectos que se deben considerar cuando el gobierno formula estas adaptaciones del Bolsa Família”, dice Mariana Inglez, bioantropóloga e investigadora de la Universidad de São Paulo (USP) que estudia el consumo de productos ultraprocesados por las poblaciones ribereñas de la Amazonia.

En la carta, la Funai sugiere ampliar el PAA y asegurar el acceso de las poblaciones indígenas al programa, que prácticamente se extinguió durante la administración de Bolsonaro. El presupuesto de la iniciativa para 2023 se redujo en un 97%. 

Según la investigadora de la USP, la articulación del Bolsa Familia Indígena con otros programas de combate a la inseguridad alimentaria puede evitar tragedias como la de la Tierra Indígena Yanomami, donde la desnutrición provoca la muerte de niños y ancianos. 

“Es importante que las políticas dirigidas a las poblaciones ribereñas, indígenas y quilombolas siempre consulten a los representantes locales y consideren las variaciones entre los grupos. Hablamos de una inmensa variabilidad lingüística y cultural. Entonces es importante considerar cada contexto, incluso la realidad ambiental donde se ubica cada uno de estos grupos”, evalúa la bioantropóloga.

No se habló en aumentar el valor del subsidio para indígenas 

Hace un mes, el Ministerio de Desarrollo Social y el banco público Caixa Econômica Federal firmaron un protocolo de intenciones para discutir cómo atender a los indígenas en localidades remotas. En la ceremonia, las autoridades ya habían mencionado la creación del Bolsa Família Indígena. 

En la propuesta, la Funai dice que el gobierno de Lula abrió la oportunidad de reorganizar políticas públicas que, al momento de su elaboración, no preveían las especificidades de los pueblos originarios. En el documento de Funai no se menciona un aumento en el valor de la asignación, ni un plazo para implementar los cambios. 

La Fundación también quiere que los municipios vigilen de cerca si las nuevas reglas se están aplicando a los beneficiarios indígenas. Según el organismo indigenista, es necesario garantizar que las sucursales de Caixa Econômica en las ciudades del interior de la Amazonia estén mejor preparadas para minimizar las barreras burocráticas al acceso al Bolsa Família.

Edición: Rodrigo Durão Coelho