Transfobia

Artículo: Dandara golpeada hasta la muerte a plena luz del día, sus asesinos reían

Todos los que asistían permanecieron inertes, todo grabado en vídeo, al final, hay certeza de la impunidad

Brasil de Fato | São Paulo (SP) |
Después de soportar puntapiés en la cabeza y ser golpeada con un enorme pedazo de madera, fue llevada en un carrito de mano a su muerte
Después de soportar puntapiés en la cabeza y ser golpeada con un enorme pedazo de madera, fue llevada en un carrito de mano a su muerte - Archivo personal Daniela Andrade

Una travesti, Dandara, fue golpeada hasta la muerte a plena luz del día, mientras sus asesinos gritaban, entre risas, cosas del tipo:

"Es un maricón feo"

"La chusma encima está con bragas"

"Van a matar al maricón".

Todos los que asistían permanecieron inertes, todo grabado en vídeo, al final, hay certeza de la impunidad. Dandara fue golpeada, torturada y muerta por cinco hombres en 15 de febrero, en la ciudad de Fortaleza, estado de Ceará, región noreste brasileña.

Los medios masivos no dijeron ni pio, no salió un reportaje de 5 minutos en el Jornal Nacional, da la Rede Globo, para hablar sobre el asunto.

No hubo movilización de los dichos movimientos sociales en pro de los derechos humanos en caminatas por Brasil. No hay conmoción de la masa brasileña, que inclusive justificó el linchamiento. 

Después de llevar puntapiés en la cabeza y ser golpeada por un enorme pedazo de madeira, ella fue llevada a su muerte en un carrito de mano como si fuera un saco de basura, completamente ensangrentada.

Hay un poco o mucho de Dandara dentro de todas nosotras, que pertenecemos a una minoría de las más desechadas en el país.

Un país que bate recordes de asesinato de travestis y transexuales. Y nada se hace para cambiar eso. Al final, como dicen, estamos queriendo privilegios al exigir que se haga alguna cosa. ¿Pero cuál privilegio? ¿El de vivir?

Dandara fue asesinada hace 15 días, la cara de los asesinos y el lugar donde el crimen ocurrió es de conocimiento de todos.

Pero todos ellos están libres. Si el video no hubiera sido divulgado en las redes, un asesinato más sería ocultado.

Justificarían así: pero "él" era travesti, no era? Debía ser deuda de droga, debía ser prostituta, debía estar respirando.

Hay siempre alguna disculpa para transformar a las víctimas en culpables del propio asesinato, y al fin y al cabo, fue apenas más "un maricón" que murió, tanto mejor. Si no tenía el derecho de ser respetada y legitimada viva, no tendría después de su muerte.

Mañana puedo ser yo la golpeada hasta la muerte, simplemente por existir y afirmarme mujer transexual – la sociedad perdona muchas veces a los criminales, pero casi nunca a quien se determina fuera de la caja hegemónica cisgénero.

Si Dandara fuera un hombre blanco cisgénero, burgués, será que luego de 15 días sus asesinos continuarían libres?

Eso me recuerda tantos otros casos en que, al final, los asesinos ganaron como premio, por matar travestis y transexuales, la libertad – aquella que todos los días ellos nos niegan, que esa sociedad, cómplice de esos asesinatos nos niega.

Eso me recuerda el asesinato cruel de Luiza Mouraria, que fue descuartizada y su cuerpo fue lanzado al mar. Los asesinos no estuvieron ni una semana en la cárcel antes de recibir el habeas corpus. La pena prescribió, y por fin, estaban todos libres. ¿Cuál fue el crimen de Luiza? No contar a su enamorado que era mujer transexual.

Eso me recuerda el asesinato de Princesa, asesinada a palazos, y que no tuvo derecho ni a una cajón en el morgue – su cuerpo estaba arrojado en la esquina de la sala cuando fue descubierto. ¿Cuál fue el crimen de Princesa? Existir.

Eso me recuerda tantas otras que perdieron la vida. En Brasil se determina que no nos pueden servir, no debemos existir, es preciso que seamos exterminadas, asesinadas a palazos, con muchas cuchilladas o con todo el cuerpo perforado por muchas balas.

Tantas otras que no fueron recordadas, cuyos asesinatos fueron olvidados, justificados apenas porque cometieron el craso crimen de afirmarse travestis o transexuales.

En Brasil los únicos derechos que travestis y transexuales tienen es el de ir a “las pistas” y ser asesinadas.

Hay un amargor y una rabia en este mundo, que es, a veces, lo que me hace vivir. Mundo que determina quien tiene derecho de vivir y quien va a morir, apenas por no encajar dentro de las categorías hegemónicas.

Como dice la profesora Berenice Bento: “¿quién tiene derecho a derechos humanos?” No es una pregunta banal. La filosofía acostumbra a discutir lo humano, el hombre con mayúscula, razón absoluta.

Descienda a la vida! Ponga carne, ponga hueso, llene su esquema analítico de vida para que usted vea que en el mundo real las travestis son asesinadas por que no son gente, y el tipo aquel que asesina a la travesti – y él no asesinó solo una vez, sino varias veces con múltiples cuchilladas – él asesina con la autorización que la sociedad le da para decir: “aquel cuerpo no tiene humanidad suficiente para compartir el mismo espacio que el mío”.

No es de extrañar que nuestros procesos en la Justicia no llegan al final, que los asesinos de las travestis y de las transexuales y de los transexuales no van a la cárcel. No van a la cárcel porque ellos no mataron un ser humano, usted no va a la cárcel si alguien, por ejemplo, dijera que usted mató un bicho. No es ser humano. Y ni bicho es.

Entonces, parece que la cuestión de la transexualidad inaugura, restablece una cosa muy interesante, que es una disputa, un proyecto de lo que es el ser humano. La humanidad no está lista, es un proyecto a ser disputado. Estamos en un proceso intenso de disputa de lo que es el ser humano, ¿quién tiene derecho a estar en el mismo espacio que yo? ¿Por quién lloro? El lloro es aquello que más humaniza el otro lado de la muerte. ¿Quién llora por la travesti? ¿Quién llora por la transexual?

Ese tipo que mata travestis no es un enfermo, un trastornado, un anormal como nos hacen creer algunas vertientes de la psicología. El es resultado de un proyecto social en el que todos nosotros participamos como productores e inductores.

Pd: el crimen contra Dandara fue por TRANSFOBIA, no por homofobia.

*Daniela Andrade, mujer trans y activista

Edición: José Eduardo Bernardes | Traducción: Pilar Troya