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"Impactos del racismo no son reconocidos por el psicoanálisis", afirma psicóloga

En un libro, María Lúcia da Silva habla de las dificultades de la psicología para comprender los dolores del racismo

São Paulo |
Ilustración del libro “El racismo y el negro en Brasil – cuestiones para el psicoanálisis”
Ilustración del libro “El racismo y el negro en Brasil – cuestiones para el psicoanálisis” - Divulgación

Resultado de un ciclo de conferencias sobre al abordaje del racismo en el campo del Psicoanálisis, el libro “El racismo y el negro en Brasil – cuestiones para psicoanálisis” trae a colación las dificultades de admitir el prejuicio racial en el país y las consecuencias psicológicas de ello para la población negra. 

La necesidad de hablar sobre el asunto surgió después que la psicoanalista María Lúcia da Silva, una de las autoras de la obra, presenció un episodio de racismo durante una clase en el Departamento de Psicoanálisis del Instituto Sedes Sapeientiae, en la ciudad de São Paulo.

La situación repercutió en debates dentro del propio departamento y los cuestionamientos y reflexiones fueron reunidos en el libro por María Lúcia y las también psicoanalistas Noemi Moritz Kon y Cristiane Curi Abud. 

Según ella, la preferencia de pacientes negros por psicólogos negros es una indicación de esa dificultad de la Psicología y del Psicoanálisis, que son de origen europeo y burgués, para comprender los dolores del racismo y encararlos con la debida atención. 

Las raíces de este problema están en la naturalización del racismo estructural y en la negación del tema por parte de los psicólogos. María Lúcia cree que el primer paso para cambiar este escenario es admitir que la discriminación racial existe. 

Mire los principales extractos de la entrevista: 

¿Que le hizo escoger la psicología como profesión?

Pienso que uno de los factores que me hizo escoger la psicología - y particularmente la psicología y el racismo - es mi propia historia. Es mi percepción de como el racismo incide en mi vida, de lo que el produce y de la importancia de pensar este tema de una forma más amplia, pensando en lo social.

María Lúcia da Silva, la entrevistada y una de las organizadoras del libro

Como mujer negra y psicoanalista, ¿como mira usted la cuestión del racismo en la vida académica?

La gran cuestión que enfrentamos en la universidad pública es la desconsideración y rechazo [de las personas] a aceptar que un negro, sea mujer sea hombre, pueda estar en los pupitres junto con los hijos de quien dirige este país. Porque es eso, ¿no es cierto?, si nosotros vemos quien se graduó en la USP [Universidad de São Paulo] vamos a ver a los blancos dirigentes, a las grandes personalidades públicas y eso hace con que haya una rechazo efectivo de la población negra en esos espacios.

Del punto de vista histórico, el negro está afecto a trabajos manuales y no a trabajos intelectuales. Por otro lado, hay una dificultad en el país en reconocer que la esclavitud produjo diferencias de inserción y efectos negativos en la vida de 51% de la población.

¿Cómo es generalmente el abordaje del racismo en el psicoanálisis hoy en día y como debería ser tratada esta cuestión? 

En la institución Psicoanálisis no hay un reconocimiento de que el racismo produce sufrimiento psíquico, por lo tanto, cuando alguna persona negra en un consultorio de un psicoanalista blanco aborda el tema del racismo, de su sufrimiento, ese tema no es reconocido, no es tratado como el merece ser tratado. Y ahí, muchas veces el psicoanalista va a tratar ese tema de una forma superficial, va a decir al sujeto "mire eso no existe más, eso es de su cabeza, eso es sentimiento de persecución", entonces, eso es lo que nosotros vamos viviendo en lo cotidiano.

Yo tengo que tomar en cuenta todos los factores identitarios de aquella persona que está en mi clínica. Por lo tanto, si tiene un negro en su consultorio, tiene que tomar en cuenta su historia, la historia cultural, el grupo del que forma parte, entonces es casi que retomar los estudios que dan origen a la propia formación, que es la historia del sujeto, la singularidad de aquel sujeto.

“El racismo a la brasileña es hoy un crimen perfecto. La creencia en la democracia racial y el mestizaje encubren y enmascaran la brutalidad de lo cotidiano. Las representaciones negativas están enraizadas en el imaginario social, y los golpes sufridos en el día a día por negros y no blancos frecuentemente caen en la condición de “no existencia” por su desmentido en el discurso colectivo.”

Fragmento del libro, página 66.

En su opinión, ¿por qué el psicoanálisis trata el racismo de esta manera? ¿No es contradictorio que una profesión que debería acoger a las personas con sus dificultades personales tenga esa cuestión?

Supuestamente es contradictorio, pero no nos podemos quedar sólo en la categoría, tenemos que tomar en cuenta la historia de nuestro país. De como se lee, se transmite, se refleja esa historia, y que va a producir en el otro una forma de actuar en el mundo que niega la existencia de otras cosas. Pero ¿cuáles son los efectos psíquicos que el racismo produce en el sujeto que ese psicoanalista o ese psicólogo no consigue aprender porque no consigue entrar en contacto con el racismo que existe en Brasil? Como si el racismo sólo existiese en los EUA o en Sudáfrica, ¿no es cierto?. Entonces, es lo que va a acontecer en los procesos de formación, en la escuela, en los pupitres públicos. Primero que no se cuenta la historia del país, cómo se fundó el país, no se cuenta la violencia de la esclavitud, no se cuenta, fundamentalmente, que hay una historia de construcción.

En el continente africano había desarrollo, pero sólo se transmite el conocimiento de los europeos.  Nuestra escuela es extremadamente eurocéntrica y coloca al pueblo negro africano como no detentor de saber. Si psicólogos y psicoanalistas pudiesen incorporar de hecho lo que la teoría produce en su formación en tanto psicólogos y psicoanalistas, eso sería lo suficiente para notar que el sujeto que está en frente de ellos tiene una historia diferente de la suya, tiene un color diferente del suyo y una pertenencia a una cultura diferente. Porque es eso lo que nosotros aprendemos en la universidad, que la historia del sujeto es fundamental para que nosotros podamos pensar los conflictos o la demanda que el lleva al consultorio.

¿Qué cambios deberían hacerse para alterar esta situación?

Para que haya un cambio, en cualquier dimensión, pero nosotros estamos hablando de la dimensión psíquica, en la dimensión de la atención psicológica, es preciso que yo reconozca la existencia del hecho. Si yo no reconozco, no puedo desenvolver ninguna actitud de cambio en relación al tema. Es importante que comprendamos que eso hace parte del imaginario social de Brasil, de la forma como el proceso de esclavización se dio aquí y de la forma como fueron construidos los estereotipos y los prejuicios en relación a la población negra.

No importa si Freud era judío, vivió racismo, tuvo que salir de Viena e instalarse en los EUA y en el ámbito de su producción el trae cuestiones (no tan explícitas), pero trae cuestiones sobre eso. Porque lo que está en juego es como es que el pensamiento nacional se constituyó, se formó. Brasil necesita enfrentar la discusión de la existencia del racismo, no da más para enterrar la cabeza en la arena. Es preciso que los profesionales se vuelquen sobre la literatura, que hay una literatura importante construida sobre esto, una revisión de la historia del país. No se puede pensar eso sólo en el campo de la psicología y del psicoanálisis, nosotros tenemos que buscar su comprensión también en otros campos de la ciencia. 

Edición: Camila Salmazio