DOS PESOS

Equipo de Bolsonaro tiene contradicciones internas y conservadurismo como marca

Militares, neoliberales y políticos tradicionales deben convivir, a pesar de las divergencias, a partir de enero

Brasil de Fato, en São Paulo, |

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El Jefe de Gabinete, Eliseu Padilha se reunió este lunes (5) con el ministro de transición Onyx Lorenzoni
El Jefe de Gabinete, Eliseu Padilha se reunió este lunes (5) con el ministro de transición Onyx Lorenzoni - Fernando Aguiar/Casa Civil

Este miércoles (7) comienza el trabajo del equipo de transición del que será el próximo gobierno de Brasil, del presidente electo Jair Bolsonaro, bajo el mando del diputado de Rio Grande do Sul, Onyx Lorenzoni (Partido Demócratas), en Brasilia. La promesa de renovación, sin la participación de políticos de la "vieja escuela", y la búsqueda por la soberanía nacional parecen ideales distantes del equipo que tomará posesión en enero.

Los puestos cuyos comandantes ya están definidos son todos hombres, ni una sola mujer, y pueden ser divididos en tres ejes de interés: neoliberales, militares y políticos tradicionales. Lo que tienen en común -inclusive entre los liberales en el campo de la economía–, es el conservadurismo político.

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El bloque con mayor representatividad es el militar, que cubre el 50% de los cupos. Además del propio presidente electo, que es capitán retirado del Ejército, el nuevo gobierno tendrá al general Hamilton Mourão, en el Palacio de Jaburu (residencia oficial del vicepresidente), al general Augusto Heleno Pereira, en el Ministerio de Defensa, y al ex piloto de aeronáutica y astronauta Marcos Pontes, en la cartera de Ciencia y Tecnología.

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A contramano del ideal nacionalista y de protección de las riquezas brasileñas, Bolsonaro tendrá a los neoliberales Paulo Guedes y Sergio Moro, respectivamente, en las carteras de Hacienda y de Justicia.

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En entrevista con la Radio Brasil de Fato, la historiadora Patricia Valim evidenciaba esa debilidad antes incluso de la confirmación del resultado en las urnas: "[Bolsonaro] es una persona absurdamente poco preparada, que se presenta como nacionalista. Sin embargo, hasta este nacionalismo es discutible, porque quiere privatizar todo”, dijo, recordando que el militar no ve problemas en sus propias contradicciones. "Se trata de una persona autoritaria, sin disposición para el diálogo, que cambia de opinión tres veces el mismo día. Dice una cosa por la mañana y otra por la tarde", finaliza.

Guedes defiende la privatización de empresas públicas incluso en sectores estratégicos para la economía, y apuesta por la reducción del Estado como salida para la crisis. Moro cumplió un papel semejante en medio de la operación Lava Jato, que llevó al debilitamiento de la Petrobras y abrió camino a la entrega del pre-sal por el gobierno Michel Temer (del partido Movimiento Democrático Brasileño): en vez de castigar a los ejecutivos corruptos, el juez de Curitiba interrumpió contratos de la estatal con contratistas en todo el país, profundizando el desempleo y la recesión.

Otra contradicción evidente en las designaciones de Bolsonaro es la relación con la "vieja política": cromos repetidos del Congreso Nacional fueron invitados a participar en el gobierno en cargos de decisión – a pesar del discurso "antisistema" y "anticorrupción" pregonado por el candidato de extrema derecha y sus seguidores.

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En la Casa Civil [Jefe de Gabinete] y al mando de la transición, Lorenzoni mantiene vínculos con los parlamentarios ruralistas y hace parte de la llamada "bancada de la bala". Con más de 15 años en la política, también fue parte de la base de apoyo de Michel Temer y favorable a la reforma laboral.

Para el cientista político Marcio Juliboni, de la Universidad Presbiteriana Mackenzie, la designación de Lorenzoni representa la mayor contradicción en el discurso electoral de Bolsonaro. 

"Onyx Lorenzoni no es un personaje 100% idóneo. Apareció en la Operación Lava Jato, admitió haber recibido [dinero] "caja 2" de la empresa JBS. En fin, representa aquella misma vieja política clientelista que Bolsonaro dice que va a combatir", analiza. "Si, por un lado, el [Lorenzoni] habla el idioma de una parte considerable del Parlamento, porque conoce el apetito por recursos, por enmiendas y por cargos, por otro lado, va a tener que posar como defensor de la moral y buenas costumbres", completa.

Trampa

La presencia de políticos tradicionales en cargos de primer escalón del gobierno Bolsonaro debe aumentar con la designación de integrantes de los partidos que integraron la coalizión "Brasil encima de todo, Dios encima de todos". 

El Partido Renovador Laboral Brasileño (PRTB por sus siglas en portugués), del vice Mourão, debe indicar el nombre de Levy Fidelix, presidente de este. El Partido Republicano Brasileño (PRB), brazo político de la Iglesia Universal del Reino de Dios, de Edir Macedo, también debe tener participación en el gobierno. 

Otro político veterano que debe integrar el equipo es el ex senador Magno Malta, señalado para el Ministerio de Familia – que será creado en sustitución de diversos órganos de asistencia social. 

El ex senador y futuro ministro de Bolsonaro fue indiciado por la Policía Federal en 2017 por formación de banda, lavado de dinero y corrupción pasiva por participar de un esquema de compras con sobreprecio de ambulancias para alcaldías con dinero del presupuesto – conocido como escándalo de las sanguessujas (sanguijuelas).

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En la interpretación de Juliboni, el presidente electo está armando una trampa para sí mismo: "El quiere un gobierno idóneo sustentado por una base de corporativismo y amiguismo", señala.

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Jair Bolsonaro dijo, la semana pasada, que Magno Malta es un "hermano eterno", y reafirmó que pretende tenerlo siempre a su lado en la Presidencia.

Edición: Daniel Giovanaz