MILITARES

Fantasmas de una masacre en Haití hacen sombra a generales del gobierno de Bolsonaro

Militares que estuvieron al frente de acciones controversiales de la Misión de Paz en Haití ocupan cargos estratégicos

Brasil de Fato, en São Paulo |
Actuación en el exterior habría formado una "casta" dentro de las Fuerzas Armadas brasileñas, según especialistas
Actuación en el exterior habría formado una "casta" dentro de las Fuerzas Armadas brasileñas, según especialistas - Héctor Retamal/AFP

La madrugada de 6 de julio de 2005, tropas de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (MINUSTAH), comandadas por el ejército brasileño, hicieron una operación de “pacificación” en la mayor favela de la capital haitiana, Puerto Príncipe, conocida como Cité Soleil. Según testigos, cerca de 300 hombres fuertemente armados invadieron el barrio y asesinaron a 63 personas, dejando otras 30 heridas. 

En la época, el comandante de la MINUSTAH era el general brasileño Augusto Heleno, hoy ministro en jefe del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), responsable por la inteligencia del gobierno de Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal - PSL).

La acción fue objeto de una denuncia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), basada en declaraciones de habitantes y en un informe elaborado por el Centro de Justicia Global y la Universidad de Harvard (EUA). En el documento, la MINUSTAH fue acusada de permitir que sucedan abusos, favorecer la impunidad y contribuir con la ola de violencia en el país caribeño.

El caso habría causado incomodidad en el Palacio do Planalto [Palacio de Gobierno], liderado en la época por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Una fuente vinculada al Ministerio de Defensa confirmó a Brasil de Fato que el gobierno brasileño habría recibido una solicitud de la ONU para sustituir el comando de sus tropas en Haití, lo que se hizo días después, con la llegada del general Urano da Teixeira da Matta Bacellar a tomar el mando. 

En respuesta a las denuncias, Bacellar apenas asumió y afirmó que el número de muertes no coincidía con la información levantada por el ejército. De acuerdo con el general, “nueve o diez personas” habrían muerto después de enfrentar a las fuerzas de seguridad.

“El hecho es que [Augusto] Heleno fue removido de Haití y eso comenzó a cocinar su rabia contra los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT). La chispa fue realmente la Comisión Nacional de la Verdad. De ahí en adelante, se volvió un militante antipetista”, dijo la fuente consultada.

Los haitianos y la MINUSTAH

Especialistas señalan las misiones internacionales del ejército brasileño, principalmente en Haití y en Congo, como una especie de pasantía de las Fuerzas Armadas en el trabajo directo con la seguridad pública, una visión nueva en la institución. Los resultados pueden ser medidos por la percepción de las poblaciones de esos países sobre la actuación militar extranjera. 

Luis Felipe Magalhães, investigador del Observatório das Migrações, con postdoctorado en Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo, estuvo en Haití, donde realizó investigación de campo y entrevistó a investigadores y habitantes de la capital haitiana sobre, entre otras cosas, la actuación de las fuerzas de la MINUSTAH en el país. 

“La MINUSTAH muchas veces produjo conflictos en lugares donde no había conflictos, y la mayor parte de las entrevistas hablan precisamente de Cité Soleil. ‘La MINUSTAH está allá, no sabe cómo operar, no conoce la dinámica política ni las disputas territoriales locales, y a partir del momento que entra y realiza acciones sin estrategia, empeora el conflicto'. Eso lo escuché de diversos investigadores y personas que entrevisté allá”.

De acuerdo con Magalhães, el terremoto ocurrido en 2010 reveló la inoperancia de la MINUSTAH para mantener la paz y el agravamiento de los conflictos justamente por la ausencia de planificación estratégica para la contingencia.

“La MINUSTAH no había creado ninguna logística territorial de manutención de la seguridad alimentaria, que es un aspecto indispensable para mantener la paz, para disminuir los conflictos. La MINUSTAH no había desarrollado esa logística, no sabía cómo llevar operativos, donaciones, todo aquello que el mundo estaba donando y transfiriendo a Puerto Príncipe. Y en ese caso, manifestó los mismos errores que manifestaba en acciones militares puntuales: empeoraba la situación”. 

Militares de la MINUSTAH patrullan barrios pobres de la capital haitiana, Puerto Príncipe. Foto: Thony Beliza

La MINUSTAH en el gobierno Bolsonaro

El día 18 de febrero el presidente Jair Bolsonaro anunció el despido de Gustavo Bebianno (PSL) de la Secretaría General de la Presidencia de la República y su substitución por el general Floriano Peixoto. El mismo día, el diario Valor Económico publicó un reportaje en el cual destacó la ampliación del poder de la “banda de Haití” en el gobierno.

Para el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Estadual de São Paulo (UNESP), Paulo Cunha, es “innegable” que el grupo se ha articulado a partir de las experiencias que vivieron en misiones del ejército en el exterior. 

“Aunque las Fuerzas Armadas, los ejércitos en particular, en su historia, no sean un bloque monolítico, ese grupo se constituyó como un bloque articulado, innegablemente”.

Aparte de Peixoto y del general Augusto Heleno, otros tres ministros estuvieron en el país caribeño: el general Fernando Azevedo e Silva (Defensa), el general Carlos Alberto dos Santos Cruz (Secretaría de Gobierno) y el capitán Tarcísio Gomes de Freitas (Infraestructura). Además de los ministros, cuatro secretarías estratégicas están ocupadas por militares que participaron en la misión en Haití: los coroneles José Arnon dos Santos Guerra y Freibergue Rubem do Nascimento, del Ministerio de Justicia, el general Edson Leal Pujol, de Defensa, y el portavoz oficial de la Presidencia de la República, vinculado a la Secretaría de Gobierno, el general Otávio Santana do Rêgo Barros.

Para Cunha, no es ninguna novedad el involucramiento de los militares en la política en Brasil. “Las personas están un poco sorprendidas con los militares en la política. Los militares nunca dejaron de estar en política y nunca dejarán de estar o ser involucrados en la política”.

Fuera del gobierno, en el Supremo Tribunal Federal (STF), el general Ajax Porto Pinheiro tiene el cargo de Asesor Especial del Presidente de esa corte, el magistrado Dias Toffoli. El fue comandante de la MINUSTAH entre octubre de 2015 y octubre de 2017.

Con la palabra, el general ministro Augusto Heleno

En respuesta a los cuestionamientos hechos por Brasil de Fato a través de la oficina de prensa del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), el ministro Augusto Heleno negó cualquier articulación entre dichos militares dentro del gobierno y afirmó que “la misión de la MINUSTAH en Cité Soleil, en julio de 2005, fue elogiada por la ONU”. El documento además llama “infundadas” a las denuncias hechas por organizaciones de derechos humanos que, según el, “tuvieron motivación política”.

Finalmente, la nota cita un supuesto “documento reservado del Ministerio de Relaciones Exteriores, dirigido, en la época, al Embajador de Brasil en la ONU”. El “documento reservado”, el gobierno brasileño explica que la substitución del general Augusto Heleno se daría por la “práctica observada por el Ministerio de Defensa (de) sustituir, después de un año de servicio, oficiales militares designados” para aquella función.

Edición: Aline Carrijo | Traducción: Pilar Troya