Intereses en debate

La disputa entre Lula y el Banco Central y lo que está en juego en la economía brasileña

Presidente critica las altas tasas, BC las defiende para contener la inflación y llama al gobierno a recortar gastos

Traducción: Isabela Gaia

Brasil de Fato | Curitiba (PR, Brasil) |
Campos Neto (derecha) es el presidente del Banco Central designado por Bolsonaro trabajando durante el gobierno de Lula. - Marcos Corrêa/PR

Apenas había comenzado el nuevo gobierno y la disputa entre el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el presidente del Banco Central (BC) de Brasil, Roberto Campos Neto, se apoderó de las noticias. El acalorado debate entre ambos se centra en la tasa de interés base de la economía, la SELIC, que tiene repercusiones para toda la economía y la política del país.

Lula ganó las elecciones presidenciales del año pasado con la promesa de hacer crecer de nuevo la economía de Brasil. En ese sentido, prometió retomar las inversiones públicas y reforzar los programas de transferencia de ingresos para los más pobres, como Bolsa Família.

El gasto público tiende a hacer crecer el Producto Interno Bruto (PIB), exactamente como quiere Lula. Pero algunos economistas ven ese gasto como un motor de la inflación, que perjudica principalmente a los más pobres.

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El BC es el organismo estatal encargado de controlar la inflación en el país y, para ello, utiliza, principalmente, la tasa de interés base.

La forma en que el BC ha utilizado esa tasa, sin embargo, obstaculiza el crecimiento económico, en la opinión de Lula. Por eso, el presidente viene haciendo críticas a la gestión del órgano, incluso al hecho de que actualmente es independiente del gobierno federal.

SELIC, interés e inflación

La SELIC es la tasa de interés de referencia para la economía de Brasil. Su nivel lo define el Comité de Política Monetaria (COPOM) del Banco Central, de acuerdo con su análisis de la economía.

Cuando el COPOM ve subir la inflación, tiende a subir la tasa SELIC. Cuando esta aumenta, también aumentan los intereses cobrados por préstamos, financiamientos y planes de pago a plazos. Por ende, los empresarios y los consumidores tienden a posponer las decisiones de compra. Con menos demanda, se espera que los precios bajen o al menos dejen de subir. En teoría, la inflación estaría, entonces, controlada.

De marzo de 2021 a agosto de 2022 –durante el gobierno del presidente Jair Bolsonaro– el COPOM aumentó 11 veces seguidas la tasa de interés base debido a la inflación. La SELIC, que estaba en 2% anual, llegó a 13,75% anual y se ha mantenido así desde entonces.

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Las altas tasas de interés perturban la economía en su conjunto, al inhibir inversiones y compras, además de comprometer el presupuesto del gobierno, ya que, cuanto más altas, más gasta la Unión para pagar su deuda. Queda menos dinero para construir escuelas, hospitales, generar empleos e ingresos.

Según el propio BC, de agosto de 2021 a julio de 2022, el gobierno anterior gastó 586 mil millones de reales (aprox. 113 mil millones USD) para pagar los intereses de la deuda pública nacional. Esto corresponde al 6,31% del PIB del período.

También es casi el doble del gasto en intereses acumulados desde agosto de 2020 hasta julio de 2021. En ese período, cuando la tasa SELIC todavía estaba entre el 2% anual y el 4,25% anual, el gasto en intereses fue de R$ 323,5 mil millones (aprox. 62,3 mil millones USD), lo que representó el 3,94% del PIB.

Pelea pública

Teniendo en cuenta estos datos, el gobierno defiende la reducción de la tasa SELIC. El Banco Central, sin embargo, no da señales de estar de acuerdo con el presidente.

El 1 de febrero, el COPOM se reunió por primera vez durante el gobierno de Lula. Podría haber bajado la tasa de interés. Decidió mantenerla, en contra de los deseos del mandatario.

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Más aún, el COPOM declaró en un comunicado que "las incertidumbres en el ámbito fiscal" reforzaron las expectativas sobre un aumento de la inflación. Traduciendo: el BC dijo que la posibilidad de que el gobierno aumente su gasto presionó al organismo para que mantuviera la tasa SELIC alta.

A Lula no le gustó la decisión del COPOM y mucho menos el anuncio al respecto. En una entrevista con la señal Rede TV!, al día siguiente, dijo que para que el país vuelva a crecer es necesario que bajen las tasas de interés. "Brasil necesita volver a crecer. No hay razón para que la tasa de interés esté en 13,75%", afirmó.

La autonomía es un problema

Lula también criticó la autonomía del BC, concedida a partir de 2021. Ese año, el entonces presidente Bolsonaro sancionó una ley que impide que se cambie el presidente del organismo a cada gobierno, como había ocurrido hasta entonces. Esa ley ahora obliga a Lula a tratar con Campos Neto, quien fue designado por el propio Bolsonaro.

Campos Neto tiene un mandato en el BC hasta fines de 2024, o sea, hasta la mitad del mandato de Lula. El presidente también declaró en la entrevista con RedeTV! que puede llegar a remitir un proyecto de ley al Congreso para que se revise la autonomía del BC.

“Voy a esperar que ese ciudadano [Campos Neto] termine su mandato para que podamos hacer una evaluación de lo que significó el Banco Central independiente”, dijo Lula. “¿Este país está funcionando? ¿Está creciendo este país? ¿La vida de la gente está mejorando? No. Entonces quiero saber para qué sirvió la independencia.”

Se revisa la meta

La misma ley que le dio autonomía al BC también determina que este actúe como guardián contra la inflación en el país. Así, el organismo persigue una meta de inflación que es previamente definida por el Consejo Monetario Nacional (CMN).

El CMN está integrado por el presidente del BC y también por los ministros de Hacienda y Planeamiento. Hoy estas autoridades son Fernando Haddad y Simone Tebet, respectivamente.

Ese mismo Consejo, aún en la gestión de Bolsonaro, estableció que la inflación tendría que ser de 3,25% en 2023, con un máximo de 4,75%. Pero las previsiones actuales sobre el índice apuntan que podría superar el 5,5%.

El pronóstico refuerza el discurso del BC de que la SELIC necesita mantenerse alta. Al mismo tiempo, da argumentos para que el nuevo gobierno, al no poder intervenir en el BC, cambie la meta de inflación –a través del CMN– para dar cabida a un recorte de tasas de interés.

La disputa abre un debate

Economistas más alineados con la agenda liberal y el mercado financiero desaprueban las críticas de Lula al Banco Central y defienden la autonomía del organismo. Para ellos, el gobierno debería recortar sus gastos para que la inflación bajara y las tasas de interés se redujeran.

“El BC es independiente y punto”, dijo Andrew Storfer, director del Núcleo de Economía de la Asociación Nacional de Ejecutivos de Finanzas, Administración y Contabilidad (ANEFAC). “El Ejecutivo tiene que dejar de echar alcohol al fuego y dar pautas de austeridad, para mejorar el ambiente de negocios, el nivel de empleo y los ingresos del ciudadano. No tiene que criticar las tasas de interés ni nada por el estilo.”

Otros economistas, sin embargo, opinan que el BC está siendo manejado en base a los intereses de los grandes bancos, que se han lucrado como nunca debido a las altas tasas de interés en Brasil. Para ellos, el gobierno de Lula está siendo “chantajeado” para frustrar su proyecto político.

“Es necesario denunciar el chantaje que practica el Banco Central para presionar al gobierno a adoptar una política de austeridad, innecesaria e incompatible con el proyecto de reconstrucción de nuestra sociedad que el presidente Lula presentó al pueblo durante la campaña electoral”, dijo el economista Daniel Conceição, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).

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En la misma línea, Márcio Pochmann, economista y profesor de la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP), recuerda que Brasil es el país con la tasa de interés real más alta del mundo (interés menos el porcentaje de inflación).

“Lula tiene razón en las declaraciones que ha hecho en relación a la posición adoptada por la dirección del Banco Central, que insiste en mantener una tasa de interés base muy alta, sin paralelo en el mundo.”

Según Pochmann, las críticas son acertadas principalmente porque la gestión de Campos Neto no ha sido capaz de cumplir con su deber de llevar la inflación dentro de la meta establecida por el CNM, aún con altas tasas de interés.

Campos Neto preside el BC desde finales de 2019, designado por Bolsonaro. Pese al discurso austero, bajo su gestión en 2021 y 2022, la inflación superó la meta.

Aumenta la tensión

Este martes 7, Campos Neto defendió la autonomía del BC durante un evento en Miami. Según él, la independencia sirve precisamente para desconectar al organismo de los ciclos políticos, impidiendo que un presidente elegido democráticamente intervenga en la institución.

“Creo que [la autonomía] es muy importante por diferentes razones. La razón principal, en el caso de la autonomía del BC, es desconectar el ciclo de política monetaria del ciclo político, porque tienen diferentes lentes y diferentes intereses”, dijo.

Lula, por su parte, dijo que el BC, presidido por Campos Neto, es el responsable por las tasas de interés. También dijo que solo el Senado Federal podría destituirlo de su cargo.

“Creo que ese ciudadano [Campos Neto] que fue postulado por el Senado tiene la posibilidad de madurar, de pensar y de entender cómo va a cuidar este país, porque tiene mucha responsabilidad”, dijo. “El BC tiene la culpa de las tasas de interés. Ahora es el Senado el que puede reemplazar al presidente del BC”.

Edición: Flávia Chacon e Rodrigo Durão Coelho