El gobierno de Jair Bolsonaro rechazó el año pasado la compra de la vacuna de Pfizer a la mitad del precio pagado por Estados Unidos, Reino Unido y Unión Europea. El entonces ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, consideró, en agosto de 2020, que el precio de la vacuna estaba alto. Hasta 70 millones de dosis de la vacuna de Pfizer podrían haber llegado al país desde diciembre por 10 dólares cada una.
La información fue publicada por el diario Folha de S.Paulo el último domindo (6). Si se hubiera empezado la vacunación a tiempo, se habrían evitado miles de muertes y pérdidas multimillonarias en la economía.
La cantidad equivale al 10% de la ayuda de emergencia pagada en 2020 y es inferior a los 44.000 millones de reales [US$ 8.740 millones] previstos para compensar el cierre de la economía.
Los Estados Unidos y el Reino Unido ya han inmunizado a aproximadamente el 40% de la población con dos dosis de las distintas vacunas compradas. Ambos pagaron unos 20 dólares por las dosis de Pfizer, el doble del precio rechazado por el gobierno brasileño durante varios meses en 2020. En la Unión Europea, las dosis del laboratorio estadounidense cuestan 18,60 dólares.
En Brasil, con el retraso de los contratos, las primeras dosis de Pfizer no llegaron hasta abril. Pasaron ocho meses entre la primera oferta y la entrega.
El vicepresidente de la comisión parlamentaria que investiga las acciones e inacciones de Bolsonaro sobre el combate a la pandemia, el senador Randolfe Rodrigues (Rede-AP), contabilizó 53 correos electrónicos enviados por Pfizer al gobierno desde agosto del año pasado, buscando una respuesta a la oferta de 70 millones de dosis.
En su declaración ante la comisión parlamentaria, Pazuello calificó de "agresiva" la propuesta de Pfizer, señaló obstáculos en las cláusulas del contrato y afirmó haber considerado demasiado alto el precio de 10 dólares por dosis -valor aceptado meses después todavía en la gestión de Eduardo Pazuello-.
Antes de las dosis de Pfizer, la inmunización se realizaba con vacunas Astrazeneca y CoronaVac, producida por el laboratorio público brasileño Instituto Butantan, pero en bajas cantidades. La vacunación brasileña con dos dosis se limita al 11% de la población.
Desigualdad
En la economía, esta situación afecta principalmente al sector de servicios, responsable del 70% del PIB y del empleo. Las personas más pobres y con menos formación, que dependen del trabajo fuera del hogar para obtener ingresos, trabajan en el ramo.
Sin vacuna, la ocupación de esos trabajadores se redujo hasta un 20% en la pandemia, aumentando la desigualdad y la pobreza extrema a niveles de 15 años atrás. El colapso en los servicios ha llevado el desempleo a un récord del 14,7%, con 14,8 millones de personas desempleadas.
El Ministerio de Salud dice que ha destinado 30.000 millones de reales [US$ 6.550 millones] a la adquisición de más de 660 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 — considerando en el cálculo las unidades que aún no compraron. En dólares, por lo tanto, el país reserva alrededor de 9 dólares por dosis.
