Agroecología

La Universidad de Brasilia y el MST avanzan para crear un centro de investigación Brasil-China sobre agricultura familiar

Las alianzas con China involucran experiencias en comunidades rurales de Brasil y apoyo técnico a biofábricas

Traducción: Isabela Gaia

Brasil de Fato | Pequim (China) |
Centro de Demostración para el Tratamiento y Aprovechamiento de Residuos Orgánicos Urbanos y Rurales en Linhu, ciudad de Suzhou. - Mauro Ramos

Con la colaboración de la Asociación Internacional de Cooperación Popular Baobab, la Universidad de Agricultura de China (UAC) desarrolla alianzas con la Universidad de Brasilia y el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en las áreas de bioinsumos y maquinaria agrícola para la agricultura familiar.

A principios de noviembre, la decana de la Universidad de Brasilia (UnB), Márcia Abrahão, estuvo en China con una delegación del MST en el país asiático para continuar la construcción del Centro Brasil-China de Investigación, Desarrollo y Promoción de Tecnología para la Agricultura Familiar.

El centro binacional tiene tres ejes: un programa de intercambio de estudiantes, que incluirá, además de actividades académicas, experiencias en comunidades rurales de Brasil, como territorios quilombolas y asentamientos del MST; las pruebas de máquinas agrícolas para campesinos; y la investigación sobre bioinsumos para la agricultura.

Abrahão, quien también es presidenta de la Asociación Nacional de Dirigentes de Instituciones Federales de Educación Superior (ANDIFES), cuenta que una de las investigaciones que ya se realizan en conjunto entre las instituciones trata de la producción de fertilizantes a partir de polvo de roca y también de residuos de cocina.

El director del Instituto de Reciclaje Orgánico de la UAC, Li Ji, afirma que además de la cooperación en investigación y el intercambio de tecnologías, es necesario apoyar el desarrollo de la industria de bioinsumos en Brasil.

"Es importante contribuir al crecimiento del personal técnico y directivo brasileño, ya que, en última instancia, los equipos deberán localizarse y atender la producción local", afirma Li Ji.

Los bioinsumos ganan terreno

En Brasil y China, los insumos biológicos se han vuelto cada vez más importantes en los últimos años.

En el caso de China, en 2015, el gobierno lanzó un plan para reducir el uso de fertilizantes químicos para 2020. El consumo de estos insumos pasó de más de 60 millones de toneladas en 2015 a menos de 50 millones de toneladas en 2022, lo que representa una caída de más del 15%.

A finales del año pasado, el gobierno chino lanzó dos nuevos planes para reducir los fertilizantes y pesticidas químicos para 2025. Entre las medidas previstas se encuentra el aumento de la proporción de la superficie de aplicación de fertilizantes orgánicos en más de 5 puntos porcentuales.

A su vez, en Brasil, tramita el Proyecto de Ley (PL) 3.668/2021, que regula la cadena de bioinsumos. En septiembre de este año, la Comisión de Medio Ambiente del Senado brasileño aprobó el proyecto que pretende incentivar la reducción del uso de pesticidas en el país. Como el proyecto aprobado es sustitutivo, se volverá a votar en esta comisión y, si se aprueba nuevamente, pasará a la Cámara Baja.

A nivel de los movimientos populares, una de las experiencias pioneras es la de Cooperbio y el Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA), que tiene sede en Seberi, Rio Grande do Sul, pero se vincula a campesinos de más de 60 municipios en la región.

En 2020, el MST inauguró su primera fábrica de bioinsumos en la Cooperativa da Terra, en el asentamiento de Pirituba, en Itaberá, suroeste del estado de São Paulo. Este año, se inauguró la Unidad de Producción de Bioinsumos Ana Primavesi (en honor a la pionera de la agroecología) durante la 20ª Fiesta de la Cosecha del Arroz Agroecológico, en Viamão, Rio Grande do Sul.

La coordinadora nacional del Colectivo Bioinsumos del MST, Andreia Matheus, quien formó parte de la delegación que llegó a China, afirma que el movimiento viene desarrollando de manera integrada biofábricas y unidades de producción de bioinsumos, incluyendo los biodefensivos, los biofertilizantes y los compuestos biocompletos.

Uno de los proyectos que el MST pretende fortalecer con la nueva alianza es la implementación de una fábrica de bioinsumos en São Leopoldo, Rio Grande do Sul, que "ha implementado un proceso eficiente de gestión de residuos", según Andreia Matheus. La fábrica utilizará parte de los residuos sólidos orgánicos para transformarlos en fertilizante orgánico, a partir de la tecnología china.

En el Instituto de Investigación de Reciclaje Orgánico de la UAC, ubicado en Suzhou, se ha creado el primer Centro de Demostración para el Tratamiento y Aprovechamiento de Residuos Orgánicos Urbanos y Rurales alrededor del lago Taihu, el tercero más grande de China.

La planta procesa más de 14 mil toneladas de residuos alimentarios al año, y tiene una capacidad de producción anual de 4.500 toneladas de fertilizantes orgánicos y 146 toneladas de aceite para distintos usos, como cosmética o combustible.

Los principales productos de procesamiento en el Centro son los fertilizantes orgánicos, los cuales se destinan a la agroecología.

Li Ji afirma que el proyecto ayuda a orientar a los residentes en la clasificación de los residuos, creando una economía circular "importante para conservar los recursos nacionales, proteger el medio ambiente, promover una agricultura ecológica sostenible, preservar el suelo y defender la salud pública".

Para la coordinadora nacional del Colectivo Bioinsumos del MST, China se ha convertido en un referente en relación a la producción de bioinsumos "porque es parte de una estrategia de Estado y de país".

"Esta estrategia de país pasa por resolver los problemas ambientales del país de manera integrada con otros sectores de la sociedad, como la producción de alimentos y la producción de energía", concluye.

Edición: Leandro Melito